Un nuevo ataque en Gaza contra las personas que se acercaban a un camión que transportaba ayuda humanitaria ha dejado al menos seis palestinos muertos y decenas de heridos, según informaciones de prensa.
El ataque de este jueves ha tenido lugar en la rotonda de Kuwait de la ciudad de Gaza, donde cientos de personas desesperadas aguardan a los camiones con ayuda, y ocurrió horas después de que 5 personas, entre ella un empleado de UNRWA, murieran y al menos 22 empleados más resultaran heridas en un bombardeo israelí contra un centro de distribución de la agencia en Ráfah, en el sur de la Franja.
“¿Cómo vamos a mantener operaciones de ayuda si nuestros equipos y suministros están constantemente amenazados”, dijo el responsable de la ayuda de la ONU, Martin Griffiths, en su cuenta de X.
Según UNRWA, al menos 23 niños han muerto ya en el norte de Gaza por desnutrición y deshidratación. Las agencias de la ONU insisten en que la forma más eficaz de aumentar la ayuda es permitir que entren más camiones en la Franja y garantizar su seguridad para que puedan llegar al norte. En los 11 primeros días de marzo, entraron de media 169 camiones al día, muy por debajo del objetivo de 500 diarios.
En la misma línea, 25 ONG, entre ellas Amnistía Internacional, Oxfam y Médicos Sin Frontras, han pedido que se priorice la ayuda por tierra.
“Los Estados no pueden escudarse en los lanzamientos aéreos y en los esfuerzos por abrir un corredor marítimo para crear la ilusión de que están haciendo lo suficiente para atender las necesidades de Gaza: su principal responsabilidad es impedir que se cometan crímenes atroces y ejercer una presión política efectiva para poner fin a los incesantes bombardeos y a las restricciones que impiden el suministro seguro de ayuda humanitaria”, sostienen en un comunicado.
En un comunicado poco después del ataque, el comisionado general de la UNRWA, Philippe Lazzarini, dijo que el almacén alcanzado en el ataque israelí estaba situado en el este de Rafah y era uno de los "poquísimos" puntos de distribución que le quedaban a la agencia.
Fotos gráficas del almacén mostraban una caja de suministros cubierta de sangre cerca de la entrada de la instalación. Sin embargo, según la UNRWA, los daños causados a los suministros, que seguían enviándose, fueron mínimos.
