top of page
  • Laura Meléndez

Acerca del “Hombre Elefante”


Si algún personaje famoso de los populares freak shows ha trascendido al paso de los años, ese ha sido Joseph Merrick. A diferencia de muchos de sus compañeros en los distintos circos, Joseph Merrick nació como un chaval completamente normal, pero con el paso de los años empezaron a aparecer deformidades en su cuerpo que hicieron que se ganase el sobrenombre de El hombre elefante.

Joseph Carey Merrick nació en Leicester, Inglaterra el 5 de agosto de 1862 en el seno de una familia humilde, y murió un 11 de abril pero de 1890. Su vida fue normal hasta que a la edad de 3 años, unos pequeños bultos comenzaron a aparecer en el lado izquierdo de su cuerpo. A medida que Merrick fue creciendo, estos bultos fueron creciendo sin ningún tipo de control.

Cuando cumplió los 12 años, Mary Jane Merrick, su madre y la persona que le había atendido a lo largo de su vida murió, en tanto que Joseph Rockley Merrick, su padre, contrajo un segundo matrimonio, que supuso el comienzo de los problemas para Merrick.

Los primeros meses de convivencia con su madrastra transcurrieron entre vejaciones y desprecio, hasta que menos de un año después del casorio, su nueva madrastra le echó de casa, haciendo que Merrick no sólo se tuviera que enfrentar a su deformidad, sino al hambre y la falta de una vivienda.

Pasó su adolescencia intentando ganarse la vida vendiendo todo aquello que encontraba en las calles puerta a puerta. Para ello cubría su rostro y su cuerpo bajo unas holgadas ropas, intentando evitar el acoso al que se enfrentaba de forma continua a causa de su aspecto. La venta puerta a puerta que llevó a cabo Merrick rozaba los límites de la ilegalidad, lo que le llevó a pasar varias noches en prisión.

Las deformidades no paraban de crecer y terminaron incapacitando a Merrick para cualquier tipo de trabajo. Por ello, pese a haberse resistido en ocasiones anteriores, aceptó convertirse en una atracción de circo, debutando el 29 de agosto de 1884, cuando acababa de cumplir los 22 años.

A pesar de los problemas a los que se tuvo que enfrentar Merrick, el trabajo que consiguió en el circo y la buena remuneración, le permitieron por tener una vida relativamente normal. Pero con la prohibición de las exhibiciones humanas en 1886, Joseph Merrick tuvo que volver a buscar una forma de ganarse la vida.

Se fue a Bélgica donde aún estaban permitidos estos espectáculos, pero con la mala suerte de que su promotor le dejó abandonado y afectado por un grave problema respiratorio. A su regreso a Londres y tras una trifulca en la estación de Liverpool Street que lo mandó al hospital, conoció a Frederick Treves y su suerte volvió a cambiar, ya que este era un popular médico y cirujano inglés que, desde que vio años atrás a Merrick, se había interesado en él.

En los primeros días que pasaron juntos en el hospital tras la trifulca, Treves examinó a Merrick, intentando entender cuál era la razón de su extraña deformidad.

Con el paso de los días Treves y Merrick intimaron y, a pesar del dolor físico y emocional al que Merrick estaba expuesto, comenzó a hacerse un hueco en la alta sociedad londinense, ganándose la empatía de gente tan importante como la princesa Alexandra o la reina Victoria.

Los últimos años de su vida, Merrick fue atendido de forma continua en el hospital donde conoció a Treves, y tuvo tiempo de disfrutar de una amiga que conoció al hospital, así como de pasar los veranos de vacaciones al norte de Inglaterra. Joseph Merrick murió con sólo 27 años a causa de la ruptura de su cuello mientras dormía, debido a la imposibilidad de soportar el peso de su cabeza.

Durante décadas se pensó que Merrick había padecido elefantiasis, pero en 1971, Ashley Montagu sugirió que en realidad Merrick pudo haber padecido neurofibromatosis de tipo I, también conocida como la enfermedad de Von Recklinghausen, y 15 años más tarde se sugirió que en realidad Merrick padeció el Síndrome de Proteus, una enfermedad que se no se había identificado hasta 1979.

logotipo.png
primavera 3.jpg
bottom of page