¿Te has preguntado alguna vez por qué y cómo surgen las islas?
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- 16 mar 2023
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Una isla es una zona de tierra firme, más o menos extensa, rodeada completamente por una masa de agua, de tamaño menor que un continente. Toda su superficie, tomada a la misma altura sobre el nivel del mar, está sometida a un clima similar a diferencia de lo que ocurre en los continentes. Su tamaño de las islas es variable, pudiendo tener desde unos pocos metros cuadrados de superficie hasta más de dos millones de kilómetros cuadrados, como es el caso de Groenlandia.
Las islas se clasifican en dos categorías fundamentales: las continentales, como Gran Bretaña y Japón, que son fragmentos separados de un continente por lentos fenómenos geológicos, y las oceánicas, las cuales por el contrario se levantan directamente del fondo del mar y la mayoría, como Islandia y Tahití, y que son consecuencia de la actividad volcánica; participan en su consolidación organismos vivientes.
Sin embargo también existen las islas y arrecifes coralinos, que se encuentran en mares tropicales y subtropicales y están formadas por los esqueletos de los corales, como por ejemplo las Maldivas; las sedimentarias, las cuales se forman en la desembocadura de ríos grandes por la acumulación de arena, grava y lodo, que son arrastrados por la corriente de los ríos, y las islas fluviales, que nacen a partir de barras presentes en el canal central de un río, cuyas partículas se componen de materiales de diverso tamaño y que dejan una serie de crestas o restingas y depresiones pantanosas o bajiales.
El coral forma la periferia de muchas islas volcánicas y a veces crece en bajíos donde constituye islas enteras, como es el caso de las Bahamas, las cuales se localizan en el Caribe; los mangles, árboles representativos de los manglares, son otros constructores de islas debido a que en aguas poco profundas sus raíces elevadas pueden retener material de aluvión suficiente para formar tierras emergidas.
Las islas pueden tener diversos orígenes como la erosión y la sedimentación, precisamente por estar ubicadas en mares y océanos, ellas evolucionan y aumentan su tamaño ya sea por depósitos de sedimentos o por acumulación de material volcánico u orgánico. Incluso en ocasiones pueden formarse por procesos erosivos en los cuales una porción de tierra queda separada de un continente; una variación en el nivel del mar también puede provocar la aparición de islas, cuando se sumergen las tierras bajas y quedan aisladas las zonas más altas del relieve aumento de nivel del mar, o al aflorar los picos localizados en el fondo marino por la disminución de la marea.
A las aves y murciélagos les basta con volar a las islas recién formadas; así como otros “colonizadores” como las semillas, las esporas, los insectos y ciertas arañas que son arrastradas por el viento. En tanto, algunos arriban como huéspedes de las aves: el lodo adherido a las patas y las plumas de las aves que emigraron a una isla cerca de Java contenía 21 clases de semillas además de huevos de insectos y caracoles.
Otros colonizadores llegan por mar, ya que hay semillas que sobreviven mucho tiempo flotando en agua salada. En ocasiones las plantas arriban como masas de vegetación flotante arrancada de las orillas continentales y arrastrada por las corrientes.
En esa especie de balsas van también polizones, como insectos, lagartijas y otros animales. Las famosas tortugas de las Galápagos llegaron probablemente de Sudamérica sobre balsas de ese tipo.
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