El último registro dado a conocer hoy por la Organización Mundial de la Salud, asegura que la cifra de muertos por coronavirus se incrementó la semana pasada en más de 40%, cosa que atribuye al ajuste de números realizado en la India y a modificaciones sobre cómo se reportan los decesos por Covid-19 en el continente americano.
El reciente reporte semanal sobre la pandemia por parte de la OMS detalla que la cantidad de contagios bajó en todo el mundo, incluida la región del Pacífico Occidental, donde los números habían subido desde diciembre. El conteo de la OMS da cuenta la última semana de unos 10 millones de casos nuevos y más de 45 mil fallecimientos en todo el mundo.
El organismo de Naciones Unidas apunta que las cifras de casos de coronavirus quizás están muy por debajo de la prevalencia real del coronavirus, por lo que llamó a los países que no abandonen sus campañas de pruebas y otras medidas de vigilancia, pues hacerlo debilita los esfuerzos por seguir con precisión la expansión del virus.
Varios países de Europa, Norteamérica y otros lugares han levantado casi todos sus protocolos contra el Covid-19, para basar su prevención de otro brote en las altas tasas de vacunación, incluso ante aumentos de los contagios impulsado por la contagiosa subvariante BA.2 de Ómicron.
Pese al descenso global en los contagios confirmados, China confinó Shanghái para frenar un brote de ómicron que ha causado la peor ola de casos en el país desde que el virus se detectó en la ciudad de Wuhan en 2019. Por su parte, Estados Unidos amplió el empleo de dosis de refuerzo para personas de 50 años o más pueden recibir un segundo refuerzo al menos 4 meses después de su última vacunación.
La OMS apunta que “los datos se vuelven cada vez menos representativos, menos precisos y menos sólidos”, advirtiendo que “esto merma nuestra capacidad colectiva de identificar dónde está el virus, cómo se propaga y cómo evoluciona, una información y unos análisis que siguen siendo cruciales para poner fin de forma eficaz a la fase aguda de la pandemia”.
Añade que reducir la vigilancia afectaría especialmente a los esfuerzos por detectar nuevas variantes y socavaría una posible reacción.
