Las protestas en aumento contra las restricciones por la pandemia, que derivaron el lunes en un bloqueo parcial del cruce fronterizo entre Canadá y Estados Unidos, han generado ya una enorme preocupación entre los legisladores canadienses.
El gobernador de Ontario, Doug Ford, denunció el bloqueo del Puente Ambassador que une la ciudad norteamericana de Detroit con la canadiense Windsor, por la que circula una cuarta parte del comercio entre los 2 países.
El mandatario expresó que se trata de “una arteria comercial vital”, y los legisladores del país de la hoja de maple externaron su preocupación por los efectos económicos de estas protestas.
En un debate celebrado de urgencia en el Parlamento, el primer ministro Justin Trudeau acusó que los inconformes “están tratando de bloquear nuestra economía, nuestra democracia” y ello debe cesar.
Las protestas iniciaron en Ottawa, donde un grupo de camioneros estacionaron sus camiones en medio de las calles, paralizando partes de la capital canadiense durante más de 10 días. Se oponen a la vacunación obligatoria para cruzar la frontera, y a otras medidas derivadas de la propagación del coronavirus
Las protestas han enfurecido a los habitantes de la zona, donde está la sede del gobierno federal, y no pocos ciudadanos se preguntan por qué la ciudad ha permitido que los camiones se estacionen allí sin obstáculo alguno.
Las protestas se han extendido a otras partes de la frontera, y en conferencia de prensa, el portavoz de los camioneros Tom Marrazo reiteró que su objetivo es derrocar al gobierno y que está dispuesto a dialogar con los partidos de oposición para lograrlo.
Trudeau no tiene mayoría en el Parlamento, pero eso es muy poco probable porque la mayoría de los legisladores han condenado las protestas, y para el ministro de Transporte Omar Alghabra, en Ottawa, "estos bloqueos tendrán graves repercusiones en nuestra economía, en nuestra cadena de suministros”.
