Son 504 años los que han pasado desde aquel 14 de marzo de 1519, cuando, en las costas del golfo de México desembarca Hernán Cortés con 700 hombres para emprender la conquista de nuestro país.
Cortés participó en 1511 en la expedición de conquista de Cuba dirigida por el gobernador Diego de Velázquez, de quien recibió tierras y esclavos en la isla. Llegó a ser nombrado alcalde de Santiago de Cuba y después encarcelado por el gobernador, acusado de conspirar en su contra. Liberado, se casó con la cuñada del propio Velázquez, de nombre Catalina Suárez Marcaida.
A finales de 1518 Velázquez le confió el mando de la tercera expedición, tras las de Francisco Hernández de Córdoba y Juan de Grijalva, para continuar sus descubrimientos en la costa de Yucatán. Pero Velázquez pronto desconfió de él.
Hernán Cortés seguía, sin embargo, con los preparativos de la expedición, y debido a su gran elocuencia, dotes de persuasión y sugestión, logró reclutar a más de 600 hombres para su causa. Adelantándose a que lo cesara Diego Velázquez, la armada de Cortés partió precipitadamente de Santiago de Cuba el 18 de noviembre de 1518. Como iba escasa de bastimentos, tuvo que aprovisionarse en el puerto de Trinidad y otros lugares.
El 10 de febrero de 1519, la flota abandonó costas de Cuba con 11 naves, 518 infantes, 16 jinetes, 13 arcabuceros, 32 ballesteros, 110 marineros y 200 indios y negros como auxiliares de tropa, además de 32 caballos, 10 cañones de bronce y 4 falconetes. Entre sus capitanes destacaban Alonso Hernández, Diego de Ordáz, Francisco Montejo, Juan Escalante, Juan Velázquez León, Cristóbal de Olid, y Pedro de Alvarado.
El primer contacto con civilizaciones mesoamericanas lo tuvo en la isla de Cozumel, importante puerto naviero y centro religioso maya que formaba parte de la jurisdicción de Ecab. Los españoles llegaron durante el Período Posclásico de la Cultura maya poco después de la caída de Mayapán en 1480, que llevó a la fragmentación de la península de Yucatán en 16 estados, cada uno con su propio gobernante y constantes conflictos.
Después de presentarse al gobernante local de la ciudad, Cortés le pidió que dejaran su religión y adoptaran el cristianismo mandando a sus hombres a destruir los ídolos religiosos mayas y poner cruces e imágenes de la Virgen María en el templo
Cortés utilizaba de intérprete a un joven maya tomado prisionero en la Isla Mujeres cuyo nombre ningún cronista de Indias recogió pero al que los españoles apodaban «Melchorejo». En 1519 encontraron a Gerónimo de Aguilar superviviente del naufragio del buque Santa María de la Barca, quien decidió volver con Cortés convirtiéndose en uno de sus intérpretes de mayense,
La expedición de Cortés bordeó la costa guiada por el piloto Antón de Alaminos hasta llegar el 14 de marzo de 1519 a la desembocadura del río Tabasco (hoy Grijalva), en las cercanías de la ciudad de Potonchán, perteneciente al grupo maya-chontal y gobernada por el «halach uinik».. Allí se produjo la crucial Batalla de Centla
Los españoles atacaron la ciudad por 2 flancos, dándose una sangrienta batalla que finalizó en la derrota de Potonchán y la entrada de Cortés y sus hombres: Tras la derrota, las autoridades de Tabasco le ofrecieron a Cortés víveres, joyas, tejidos, y un grupo de esclavas que fueron aceptadas, y cambiados sus nombres al ser bautizadas . Entre estas había una llamada Malintzin, a la que los españoles renombraron Marina, conocida también como La Malinche, crucial en la conquista de México.
