En un desplegado, más de 250 personas firmantes aseguran en el debate sobre los libros de texto gratuitos, que el gobierno federal está a punto de consumar un nuevo crimen contra la nación. De ese tamaño, según ellos.
Denuncian que, violando el mandato de suspensión dictado por un juez, se impondrán en las escuelas primarias libros de texto que no se fundan en programas de estudio oficiales.
Entre las firmantes destacan Héctor Aguilar Camin, Rosario Robles, Guadalupe Acosta Naranjo, José Antonio Crespo, Gustavo Madero, Jorge G. Castañeda y Amparo Casar.
Afirman que los libros no fueron sometidos a discusión o consulta pública y que se busca imponer sin que los maestros hayan recibido la capacitación necesaria para aplicarlos.
A su juicio, en este nuevo modelo educativo, la escuela no debe ofrecer conocimientos, valores y habilidades que la educación mexicana ha ofrecido a lo largo de un siglo. Para la SEP se necesita una "educación popular" que sustituya a la anterior,
Aseguran que la lectura, escritura y matemáticas, materias básicas que la escuela siempre ha considerado prioritarias, quedan difuminadas.
Señalan que para la SEP, el alumno, no debe ser el centro de la educación, sino la comunidad, atentando contra libertades establecidas en la constitución.
Asimismo, dicen que con los nuevos libros de texto de primaria, se pretende desaparecer asignaturas como Matemáticas, Lengua Española, Fisica.
Biologia, Formación Civica y Etica. Historia y Geografia.
Más aún, estiman que los valores que unen a los mexicanos serán eliminados. Las ciencias deberán subordinarse ante las creencias de la comunidad, sean racionales, supersticiones, religiosas o mágicas.
Todo implica, para los firmantes, una violación de postulados constitucionales como el laicismo. Se presenta a México, no como pais libre y democrático, sino como pais atrasado y colonizado por el imperialismo europeo.
En vez de cultura universal, la escuela, dice la SEP, debe dar preeminencia a la cultura de las comunidades locales (barrios populares, rancherias).
También se quejan de que la nación no será más el horizonte de la educación, sino la comunidad local; los niños aprenderán desde preescolar, a solucionar problemas sociales de su comunidad, aunque sea evidente que en primaria los pequeños no tienen la madurez para hacerlo.
Acusan que se trata de una visión doctrinaria, anti-moderna, que se opone a las instituciones democráticas y niega el respeto a los derechos universales
que cada niño o persona tiene, particularmente a una educación de excelencia como propone el articulo tercer constitucional.
Los firmantes finalizan su desplegado levantando protesta por lo que llamó nueva embestida del gobierno federal y llamar a maestros y padres de familia para que s opongan a lo que califican de "arbitrariedad.
Otros firmantes son Emilio Alvarez Icaza, Macario Schettino, Luis Téllez, Claudia Ruiz Massieu, José Woldenberg, Ciro Murayama y Claudio X. González Guajardo.
Saque sus conclusiones...
