Día Mundial para la prevención del suicidio: ¿Cuáles son las alarmas en una persona?
- Laura Meléndez
- hace 21 horas
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Cada 10 de septiembre, desde 2003, se conmemora el Día Mundial para la Prevención del Suicidio, instaurado por la Organización Mundial de la Salud (OMS). La fecha busca visibilizar un problema de salud pública que aún enfrenta estigmas, mitos y silencios, pero que requiere atención urgente.
El suicidio es un hecho que no solo afecta a la persona, sino también a sus familias, comunidades y a la sociedad en general. En México, de acuerdo con datos de la Comisión Nacional de Salud Mental y Adicciones (CONASAMA), la tasa de suicidio en mujeres es de 2.5 por cada 100,000 habitantes, mientras que en hombres asciende a 11.4, lo que refleja una diferencia de género preocupante. A nivel mundial, una de cada 100 muertes ocurre por suicidio cada año, lo que equivale a una muerte cada 40 segundos. Hoy, es ya la cuarta causa de muerte entre personas de 15 a 29 años.
Aunque en muchos casos pueden no presentarse, las señales de alarma son:
● Hablar sobre querer morir.
● Expresar sentimientos de culpa, vergüenza o ser una carga.
● Experimentar vacío persistente, desesperanza, tristeza intensa, ansiedad o agitación.
● Mencionar dolor significativo, ya sea físico o emocional.
● Cambios súbitos en el comportamiento como; aislamiento social, regalar objetos de valor, incremento en el consumo de sustancias, conductas imprudentes y fluctuaciones abruptas en el estado de ánimo.
El Dr. Santiago Treviño San Martín, Residente de Psiquiatría en el Hospital Central Militar, explica que:
“Es fundamental comprender la paradoja suicida: las mujeres suelen expresar pensamientos suicidas con mayor frecuencia, mientras que los hombres, por factores sociales y culturales ligados a la masculinidad, llegan a pedir menos ayuda y presentan tasas de suicidio consumado hasta cuatro veces mayores. Identificar estas diferencias es clave para diseñar estrategias de prevención más efectivas”.
El especialista destaca que no todas las personas que cometen suicidio padecen depresión. También influyen otros trastornos como la ansiedad, la psicosis, los trastornos de personalidad, el dolor crónico, el consumo de sustancias o factores externos como la violencia y las crisis económicas.
La escuela y el trabajo son espacios clave en la prevención. En el ámbito escolar, contar con maestros capacitados permite identificar a tiempo a estudiantes en riesgo, promover la educación emocional, reducir el estigma y aplicar protocolos de crisis. En el ámbito laboral, un empleo estable puede ser un factor protector, mientras que la precariedad incrementa el riesgo. Por ello es fundamental promover un ambiente sano, prevenir el acoso, impulsar programas de bienestar y capacitar a los supervisores para reconocer señales de alarma y canalizar a las personas hacia servicios de apoyo. Asimismo, el manejo profesional de pacientes con riesgo suicida resulta indispensable: una atención especializada posibilita la evaluación del riesgo, la aplicación de intervenciones psicoterapéuticas y farmacológicas basadas en evidencia, y la seguridad del paciente en momentos críticos. Además, brinda psicoeducación y acompañamiento a la familia, lo que mejora la adherencia al tratamiento y reduce el estigma.
El trabajo coordinado entre psiquiatras, psicólogos y otros profesionales de la salud garantiza una atención integral y continua, disminuyendo la recurrencia de intentos y mejorando el pronóstico a largo plazo, siempre dentro de un marco ético y de respeto a los derechos humanos. Hablar del tema sin miedo y con responsabilidad es clave. Como señala Treviño, el mito de que hablar del suicidio incita a cometerlo debe erradicarse. De hecho, más del 80% de las personas que intentan suicidarse o se suicidan habían buscado ayuda en el mes previo, ya sea acercándose a un familiar o a un centro de salud.
La Fundación CTR trabaja precisamente en romper el silencio, promoviendo información clara y accesible que permita identificar y atender a tiempo los primeros síntomas en amigos, familiares o colegas. Su mensaje es contundente: la prevención comienza con la escucha activa y la acción temprana.
¿Qué hacer si detecto que alguien cercano a mí tiene inclinaciones suicidas?
● Escucha sin juzgar. En estas situaciones es muy importante que no invalides el sentir de la otra persona. Evita frases como “ya anímate” o “no exageres”
● La empatía y la comprensión son elementales, puedes utilizar frases como: “Estoy aquí para ti” o “Entiendo que lo estás pasando mal”.
● Habla del tema con cuidado y claridad. Preguntar directamente “¿has pensado en hacerte daño o quitarte la vida?” no induce a hacerlo, al contrario, puede aliviar la carga de guardarlo en silencio.
● No lo dejes solo si está en crisis. Acompáñalo físicamente o mantente en contacto constante y retira objetos con los que pueda hacerse daño si hay un riesgo inminente.
● Fomenta la búsqueda de ayuda profesional inmediata. Anímalo a acudir con un psicólogo o psiquiatra, ofrece tu apoyo para acompañarlo a la cita y si el riesgo es alto, llama a emergencias.
● Activa redes de apoyo. Contacta a familiares, amigos de confianza o personas significativas para que encuentren un mejor manejo de la situación.
● Cuida también de ti mismo. Acompañar a alguien en riesgo puede ser emocionalmente demandante. Busca apoyo emocional o asesoría si lo necesitas.
En este Día Mundial para la Prevención del Suicidio, el llamado es a mirar la salud mental como un derecho y una prioridad. Buscar ayuda profesional no es debilidad, sino un acto de valentía y cuidado personal. Hablar puede salvar una vida, quizá la de alguien muy cercano.
En México existe la Línea de la Vida al 800 911 2000, disponible 24/7 y gratuita, donde profesionales ofrecen apoyo y orientación. También está SAPTEL (800 472 7835) y Locatel en la CDMX (555 658 1111), además de los Centros Comunitarios de Salud Mental y Adicciones (CECOSAMA) que brindan atención presencial sin costo, de ser necesario, se puede buscar apoyo de urgencia en centros de salud especializados, como el Hospital Psiquiátrico Fray Bernardino Álvarez y el Instituto Nacional de Psiquiatría.
El suicidio no es la única salida; siempre hay alternativas y personas dispuestas a acompañarte en este momento difícil.
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