De acuerdo con los resultados de la investigación realizada por un grupo de colaboradores de Amnistía Internacional, las conclusiones indican que hay crímenes de guerra en la invasión rusa, y Moscú debe responder ante la justicia internacional ello, dijo hoy Agnès Callamard, titular de dicha organización.
Expresó que "los crímenes cometidos contra las personas que viven en los alrededores de Kiev, de los que estamos informando hoy, no son meramente anecdóticos, incidentales o colaterales", al destacar lo que los colaboradores de Amnistía encontraron a las afueras de la capital ucraniana.
De acuerdo con Callamard, "sabemos que forman parte de una pauta que ha caracterizado la conducción de las hostilidades por parte de Rusia desde el principio, una pauta repetida, de gran escala y de impacto devastador".
El informe de Amnistía puntualiza la necesidad de que haya rendición de cuentas, al apuntar que "todos los responsables, incluyendo la cadena de mando, deben ser llevados ante la Justicia".
Los investigadores de Amnistía Internacional se entrevistaron con habitantes de las zonas de Bucha, Borodyanka, Novyi Korohod, Andriivka, Zdvyzhivka, Vorzel, Makariv y Dmytrivka, además de acudir los lugares donde se produjeron varios homicidios, todos achacables a los invasores rusos.
El trabajo de los enviados de Amnistía tuvo una duración de 12 día, y además de las entrevistas con testigos, registra también varias pruebas materiales como son bombardeos ilegales, ejecuciones extrajudiciales y homicidios deliberados de civiles.
Amnistía encontró en el distrito de Borodyanka al menos 40 muertes de civiles en ataques indiscriminados que arrasaron un barrio completo, además de lo que sucedió en Bucha y otros pueblos al noroeste de Kiev, donde Amnistía Internacional documentó varios casos de homicidios cometidos por las fuerzas rusas, la mayoría ejecuciones extrajudiciales que constituyen crímenes de guerra.
