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  • Laura Meléndez

Calificarlo como el más grande del cine es quizás una verdad irrebatible: Charles Chaplin (video)

Fue el 16 de abril pero de 1889, cuando nació en Londres Inglaterra una leyenda del séptimo arte: me refiero al director, actor y productor de cine, Charles Chaplin, creador del mítico personaje de “Charlot”…un genio de la pantalla grande, y para muchos, el mejor de la historia del celuloide.

 

Fue hijo de un humilde matrimonio de artistas de variedades…Su padre falleció cuando él era niño y su madre con trastornos mentales, no pudo hacerse cargo, por lo que pasó parte de su infancia y adolescencia en la calle o recluido en distintos orfanatos.

 

Chaplin debutó en la escena teatral cuando tenía apenas 8 años de edad en carpas callejeras, en donde permaneció casi todos los años de su adolescencia.

 

A los 21 años se trasladó a los Estados Unidos, donde incursionó en el mundo del cine en la cinta Carreras de autos para niños, que se rodó en 1914, y fue entonces cuando apareció por primera vez el personaje de “Charlot”: un vagabundo que viste pantalones de anchas perneras, calza zapatos desmesurados, se toca con un bombín, lleva un bastón de bambú y luce un característico bigote.

 

En 1915, realizó varias películas, entre las que destaco El vagabundo, en las cuales quedó definitivamente fijado el peculiar universo de “Charlot”.

Contratado por la firma mutual en 1916, cuando ya era el actor de cine mejor pagado de la época, pasó a alternar sus propias actuaciones con las responsabilidades de director y fue entonces cuando en 1918 fue contratado por un millón de dólares por la empresa First National para realizar 8 películas en un lapso de 5 años.

 

Ello lo llevó a consagrarse como genio de la pantalla con filmes de su propia creación como Vida de perro, Armas al hombro y El chico, y por ello en 1919 fundó junto con Mary Pickford, Douglas Fairbanks y D:W. Griffith  la United Artists Corporation, que duraría hasta 1952, aunque en 1921 realizó un viaje por todo el mundo, cuando su fama ya era universal, siendo recibido triunfalmente en todos países que visitó, como la figura que ya era.

 

Las producciones de Chaplin iban del carácter humorístico y sentimental hasta la tragedia y la sátira, pero siempre manteniendo un estilo interpretativo inimitable, cimentado en el arte del mimo y del payaso circense, llegando así a crear nuevas producciones cinematográficas como: Una mujer de París, La quimera del oro, El circo, Luces de la ciudad y Tiempos modernos, donde agudizó su crítica social, que se convirtieron en grandes éxitos de taquilla.

 

Siguieron luego su primera cinta sonora, El gran dictador, en la que “Charlot” es la contrafigura de Hitler, y Monsieur Verdoux, donde aparece por última vez este mágico e irrepetible personaje.

 

A lo largo de su vida, Chaplin recibió múltiples reconocimientos y nominaciones como el premio Oscar Honorífico en 1928 y 1972, fue candidato al premio Nobel de la Paz en 1948, distinguido con la Orden del Imperio Británico en 1975, y se colocó una estrella con su nombre en el Paseo de la Fama de Hollywood en 1970. 

 

En 1952, tras una serie de problemas políticos que lo involucraban con el comunismo y con la realización de actividades antiestadounidenses, Chaplin debió exiliarse en Suiza, donde pasó el resto de su vida. Si bien la cantidad de producciones que realizaba para aquella época había disminuido, filmó Un rey en Nueva York y La condesa de Hong Kong, como sus últimos trabajos más sobresalientes.

 

Charles Chaplin es en la actualidad considerado como una de las grandes figuras del espectáculo más representativas del cine mudo como así también un ícono del humorismo.

 

Murió en Vevey Suiza, el 25 de diciembre de 1977 a los 88 años de edad…. Cuatro años después de su muerte, la astrónoma ucraniana Lyudmila Karachkina, descubridora de 131 asteroides, nombró a uno de ellos Chaplin 3623 en honor al actor.

 

También ha sido caracterizado en diversas series de dibujos animados y, en 1985, fue honrado con su imagen en sellos de correo en Reino Unido. La crítica expresó que había alcanzado «un nivel de expresión dramática que nunca fue superado.


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