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  • Laura Meléndez

AMLO pide pruebas de narcogobierno; para muchos, están a la vista

Alito, hundido entre el fracaso y el descrédito. Por Enrique Muñoz.


Alejandro Moreno Cárdenas se ha convertido en la historia del PRI como su peor dirigente, que ni por dignidad renuncia y sigue aferrándose al cargo a pesar de que en dos años al frente del CEN partidista, ha perdido 10 gubernaturas, por lo que al otrora poderoso partido durante muchos sexenios, sólo le quedan dos estados: Coahuila y el Estado de México. En la reciente sesión extraordinaria del Consejo Político Nacional del tricolor ni asomo de Manlio Fabio Beltrones, Dulce María Sauri, Emilio Gamboa o Roberto Madrazo, al menos para darle apoyo a Alito, su actual dirigente, metido en un tobogán de acusaciones y descrédito. Parece que la unidad del PRI está en sus últimos momentos, y a ver con qué nos sale mañana Layda Sansores, en su Martes del Jaguar, para seguir hundiendo a Moreno Cárdenas.


En una declaración demoledora, lapidaria, Porfirio Muñoz Ledo aseguró que Andrés Manuel López Obrador tiene una relación con el narcotráfico y que piensa heredar al siguiente gobierno su asociación con el crimen organizado. Al participar como invitado en la reunión de la Conferencia Permanente de Partidos Políticos (COPPPAL) en su sesión en México, Muñoz Ledo agregó que AMLO debe entender que no puede heredar su relación con los criminarles porque siempre, en todas partes, ellos se entienden con el que va a llegar. Ésta, que es la declaración más grave en lo que va del sexenio, seguramente explica el Culiacanazo en octubre de 2019, el saludo de AMLO a la mamá del Chapo Guzmán en marzo de 2020, la decisión de la FGR de no ejercer ninguna acción penal contra el general Salvador Cienfuegos en enero de 2021 y las visitas del presidente a Sinaloa, especialmente a Badiraguato. Es cierto que Muñoz Ledo es un político para muchos impresentable, pero el priísta Francisco Labastida afirma también que el gobierno federal protege al narcotráfico y prueba de ello son las visitas de López Obrador al Triángulo Dorado, donde sólo se puede entrar bajo protección del crimen organizado. El presidente reta a mostrar pruebas pero, para muchos, las pruebas están a la vista.


Con el pretexto del ahorro de recursos y al amparo de la lucha contra la corrupción están haciendo una verdadera purga que tiene aterrado al personal de Diconsa, Liconsa y Segalmex. Todo empezó con los señalamientos contra el ex titular de Segalmex Ignacio Ovalle Fernández, metido en un lodazal de corrupción, pero también hacia René Gavira, ex titular de administración, Carlos Dávila, ex titular jurídico y Manuel Lozano, ex titular de la Dirección Comercial, señalados como responsables de excesos y abusos. A la llegada de Leonel Cota Montaño, arribó también su equipo con la espada desenvainada para despedir a más de veinte directivos, cuyo único pecado ha sido ser trabajadores de las dependencias mencionadas. El caso es que, nos comentan, no han respetado los derechos de los trabajadores quienes ya presentaron sus demandas laborales por despido injustificado y cuyos laudos serán a su favor. Es el caso de M. Q., quien con treinta años de servicio fue despedida vía telefónica por el Gerente de lo Contencioso, Demetrio Rodríguez Armas, y su liquidación costará más de un millón y medio de pesos. En las mismas se encuentran media docena de trabajadores más, todos de la Dirección de Operaciones, notificados apenas el pasado lunes 30 que ese era su último día, como si fueran delincuentes y sin respetar mínimamente sus derechos laborales. A ver si a Cota Montaño no le sale más caro el caldo de los despidos que las albóndigas de los ahorros.


Mientras en México no pasa nada y la delincuencia organizada es apapachada con abrazos, no balazos, en Estados Unidos oootra vez vuelven a tomar acciones de manera unilateral contra delincuentes de otros países. Ahora el Departamento del Tesoro es quien incluye en su lista negra al jefe de la policía de Ameca, Jalisco, Severo Flores Mendoza, como un “policía corrupto que proporciona información al CJNG”. Para colmo, Flores Mendoza es identificado como coordinador de jefes de las policías de la zona entre Guadalajara y Puerto Vallarta. Flores Mendoza ha sido destituido de su cargo pero, ¿hasta ahí?


Después de las elecciones de ayer en 6 estados, queda claro que desde hace décadas México padece de síndrome de Estocolmo, primero con el tricolor y hoy con el guinda.


enrmuz@hotmail.com

@enriquemunozfm



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