El año pasado, millones de personas en el mundo conocieron la historia del físico norteamericano Robert Oppenheimer y el papel que tuvo en la creación de la bomba atómica, el arma más letal creada por el hombre, y que hace casi 8 décadas arrasó con 2 ciudades japonesas para poner fin, y así lo dijo el gobierno estadounidense, a la Segunda Guerra Mundial.
A 79 años de distancia, la amenaza de que este tipo de armas de destrucción masiva sean utilizadas de nuevo sigue creciendo, y Charles Oppenheimer, nieto del físico norteamerlcano, acudió al Museo Conmemorativo de la Paz, ubicado en la ciudad japonesa de Hiroshima.
Esa es una de las ciudades atacadas con artefactos nucleares por Estados Unidos, y el nieto de Oppenheimer recorrió el Museo acompañado de una sobreviviente del ataque atómico de 1945, Keiko Ogura.
Oppenheimer dijo que "ver la ciudad de Hiroshima me dio esperanzas de que, incluso después de una guerra y bombardeos terribles, pueda volver a tener un estado tan hermoso".
En rueda de prensa celebrada en Tokio, en el Club Nacional de Prensa de Japón, el nieto del 'padre de la bomba nuclear' indicó que "no deberíamos usar ninguna arma, no solo las nucleares", al tiempo que advirtió que el mundo se encuentra en una "situación crítica" debido a la guerra armamentística.
Refirió que después de la Segunda Guerra Mundial, "mi abuelo intentó detener la carrera armamentística mediante el control internacional de las armas nucleares", llamando a "unirnos para enfrentar la amenaza existencial de la humanidad", aludiendo a la amenaza nuclear.
Charles Oppenheimer apuntó que "si no hubiéramos tenido una carrera armamentista, no estaríamos en la situación crítica" pero "ya la tenemos" y "es hora de hacer caso" a su abuelo, añadiendo que "debemos tratar de aliviar las tensiones entre potencias nucleares como Estados Unidos, Rusia y China, donde las tensiones son particularmente altas".
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