El gobierno de Estados Unidos no tiene ninguna certeza de la seguridad de la población civil de Rafah ante una eventual ofensiva del ejército judío.
Esta es la razón por la cual el secretario de Defensa de Estados Unidos, el general Lloyd Austin, confirmó que fue retenido el envío de armas para Israel mientras estudia la operación en el enclave palestino.
El embajador de Israel ante la ONU, dijo que la decisión era "muy decepcionante.
Austin aseguró durante una comparecencia en un subcomité del Senado, que *estamos revisando algunos envíos de asistencia de seguridad a corto plazo en el contexto de los acontecimientos que se desarrollan en Rafah", y apuntó que la Casa Blanca "no ha tomado una determinación final sobre cómo proceder con ese envío".
"Nos gustaría que no ocurrieran combates importantes en Rafah, pero nuestro enfoque principal es asegurarnos de proteger a los civiles", dijo Austin, reiterando la posición de Estados Unidos desde hace semanas.
Se trata de "municiones de alto calibre", y Austin es el primer miembro del gobierno de Biden en referirse a lo que podría ser un punto de inflexión en la política de entrega de armas a Israel por Estados Unidos.
Lo expresado por el jefe del Pentágono confirmó la información adelantada por medios estadounidenses, señalando que el cargamento retenido contiene 3 mil 500 bombas.
Eso sí, Austin insistió en que el apoyo a la seguridad de Israel seguía siendo irrestricto.
"Hemos sido muy claros… desde el principio hemos dicho que Israel no debería lanzar un ataque a gran escala en Rafah sin considerar y proteger a la población civil que se encuentra en la zona de combate”, añadió Austin.
