El expresidente francés Nicolás Sarkozy acaba de publicar un libro titulado 'Los años de las luchas', en donde da a conocer sus memorias y en las que abordó el bochornoso asunto para México de la ciudadana francesa Florence Cassez, así como la relación que tuvo con el expresidente mexicano Felipe Calderón.
Sarkozy, afirmó que el exsecretario de Seguridad mexicano, Genaro García Luna, hoy preso en Estados Unidos por delitos relacionados con el narcotráfico, tenía más poder que el exmandatario Felipe Calderón, quien era su jefe.
Para el exmandatario francés, "la relación de fuerza entre ambos hombres estaba invertida: era el ministro quien dictaba su voluntad al presidente y no al revés", refiriéndose a García Luna.
Más aún, asegura Sarkozy que "no conocía el motivo de aquella extraña situación, pero ahora podía calibrar su alcance".
El libro dedica 9 páginas al conflicto diplomático que Sarkozy tuvo con Calderón por la negativa del presidente de México para extraditar a Florence Cassez, ciudadana francesa acusada de formar parte de una banda de secuestradores.
El 8 de diciembre de 2005, Cassez y el mexicano Israel Vallarta fueron detenidos en una carretera y los policías no los presentaron nñante el Ministerio Público sino que los secuestraron y a él lo torturaron. Al día siguiente por la mañana, la Agencia Federal de Inteligencia comandada por García Luna, los trasladó a una casa para fingir que los estaban deteniendo en ese momento.
El supuesto operativo era un montaje, transmitido en vivo por Televisa, ya que las autoridades los habían llamado para ofrecerles la "exclusiva".
Sarkozy explica que "las primeras noticias fueron bastante alentadoras: el presidente Felipe Calderón no veía con malos ojos un traslado de la francesa a su país natal para que cumpliera allí parte de su condena", mencionando la negociación que mantuvieron antes de que el presidente francés realizara su primera y única gira oficial a México.
Sarkozy arribó a México con su esposa Carla Bruni en un clima de optimismo respecto a la resolución del 'Caso Cassez', pero Calderón cambió inexplicablemente de postura.
Señala el galo que "había algo más grave y que ocurría entre los bastidores de la vida política mexicana. Se trataba del papel decisivo que desempeñaba Genaro García Luna, ya como responsable federal de Seguridad Pública".
Recuerda que inició su gira en un ambiente "cálido y distendido", ya que, previo a sus actividades oficiales en México, él y Bruni se reunieron con Calderón y su esposa, Margarita Zavala, en la hacienda del banquero Roberto Hernández.
"Las cosas se torcieron en el momento en que pronuncié el nombre de Florence Cassez", asegura Sarkozy, y refiere que "la violencia de su respuesta me dejó de piedra. Yo no contaba con algo así. Era evidente que aquello ahora representaba para el presidente Calderón un asunto personal. El hombre se mostraba totalmente enrocado en sus certezas".
La reacción del presidente Calderón no correspondía con la carta que había escrito con anterioridad. "Carla estaba tan aterrorizada como yo. Fue entonces cuando sospeché que algo no cuadraba y que había algo que no sabíamos", y "la rigidez, la brutalidad, la inhumanidad del presidente mexicano habían conferido unas dimensiones tremendas a lo que debería haber quedado en una cuestión 'particular', como a menudo ocurre entre países amigos".
La relación diplomática entre Mexico y Francia quedó afectada por años a raíz de esta cena.
Sarkozy recuerda en su libro que el día en que Calderón anunció como quería García Luna que Cassez cumpliría su condena en México, el Gobierno francés optó por pedir la intervención de la Iglesia mexicana, que hizo su propia investigación, cuyo informe final no se hizo público, pero el Vaticano compartió con nosotros las conclusiones principales, y eran demoledoras para las autoridades mexicanas.
"Florence Cassez no era ninguna secuestradora, sino un chivo expiatorio: una persona inocente que simplemente estaba en el momento equivocado, en el lugar equivocado", aseguró el expresidente Sarkozy.
"Todo era, por tanto, un desvergonzado montaje de las más altas autoridades del Estado y la policía mexicanas. Se habían creado pruebas falsas con la única facilidad de inculpar a nuestra compatriota. A raíz de aquello, todo empezó a moverse en una dirección más positiva, pero las prácticas indignas de una dictadura persistían a pesar de las pruebas que exculpaban a nuestra compatriota", expone el francés.
Cuando la mentira de la captura fue demostrada, García Luna dijo que "la recreación" había sido un pedido de los medios. Cassez fue condenada a 98 años de prisión en el año 2008, pero tras las gestiones del Gobierno francés, una determinación de la Corte mexicana permitió que Florence fuese extraditada en 2013, y llegando a París, liberada. (RT)
Bochornoso ...
