Lejos de disminuir su actividad, los conflictos armados siguen devastando las vidas de los civiles en el mundo y especialmente en las ciudades, afirmó este martes el Secretario General de la ONU en el Consejo de Seguridad aludiendo a su último informe sobre protección de civiles. Tan solo el año pasado, 94% de las víctimas en zonas pobladas fueron ciudadanos. António Guterres se refirió al informe, y cifró en 100 millones el número de personas obligadas a abandonar sus hogares debido a conflictos, actos violentos o violaciones de los derechos humanos y la persecución. Una persistente violencia que el titular de la ONU extendió a otras esferas como la de trabajadores sanitarios y escuelas, que vieron sus instalaciones devastadas y a su personal herido, secuestrado o lesionado, o la de los trabajadores humanitarios Guterres calificó de “escándalo” que durante 2022, más de 117 millones de personas sufrieran hambruna, principalmente debido a la guerra y a la inseguridad, y recordó que los daños en infraestructuras críticas dificultan la producción de alimentos, bloquean su distribución y privan a la población de agua potable. El portugués apuntó que "Siria tiene ahora 40% menos de agua potable que al comienzo del conflicto. Los combatientes destruyen cosechas y roban ganado; los explosivos contaminan las tierras fértiles; los mercados no pueden funcionar y los precios se disparan”, enumeró. Un aumento de los costos al que contribuyó la invasión rusa de Ucrania provocando un incremento del coste de los alimentos, la energía y los fertilizantes en todo el mundo, “con terribles efectos para los más pobres”. Tras detallar una serie de medidas para mitigar el impacto de los conflictos en la población civil -protección de los menores, mejor acceso para los trabajadores humanitarios, plan de respuesta a la inseguridad alimentaria o la Iniciativa de Granos del Mar Negro- declaró que “la cruda realidad es que el mundo no cumple sus compromisos de protección a los civiles” establecidos en el derecho internacional humanitario. “Un derecho ignorado es un derecho socavado”, destacó Guterres, y emplazó a los Estados miembros a incrementar los esfuerzos para prevenir los conflictos, en la protección de civiles, en el mantenimiento de la paz y en la búsqueda de soluciones políticas a la guerra.
