Pretexta Bolsonaro paranoia por consumo de medicinas para intentar quitarse tobillera electrónica

Quizás pudo tener otro argumento pero este fue el que dió al poder judicial de Brasil.

El expresidente ultraderechista Jair Bolsonaro fue sometido ayer a una audiencia de control de detención, en donde quiso justificar su intento de quemar su tobillera electrónica con un soldador, debido a la ingesta de medicamentos que lo llevaron a un estado de "paranoia" y "alucinaciones".

Bolsonaro dijo que creía que había un sistema de escucha en la tobillera, durante una videoconferencia en la que respondió a las preguntas de una jueza auxiliar sobre las condiciones de su arresto.

El expresidente ya pasó su primera noche en prisión preventiva en la sede de la Policía Federal, en Brasilia, y esa sesión de control de detención

conducida por la jueza auxiliar del magistrado de la Corte Suprema Alexandre de Moraes, relator del proceso por el que Bolsonaro fue condenado a 27 años de cárcel por golpismo, es un trámite importante para verificar la integridad física del detenido y comprobar si se violaron sus derechos.

De acuerdo con el reporte oficial, la jueza condujo la constató la ausencia de "abusos o irregularidades", luego de que el ultraderechista, está bajo prisión domiciliaria desde el 4 de agosto pasado en su casa de Brasilia, fue arrestado de manera preventiva el sábado, por "riesgo concreto de fuga" y "amenaza al orden público".

El ex jefe de Estado confesó haber quemado con un soldador la tobillera electrónica impuesta por el alto tribunal para controlar sus movimientos, y según su declaración, los medicamentos recetados por médicos, que provocaron reacciones adversas son la pregabalina que es un antiepiléptico y la sertralina que es un antidepresivo.

Dijo también que no duerme bien y que estaba "alucinado" porque creía que en el interior de la tobillera había un sistema de escucha, por lo que comenzó a manipular el aparato desde la tarde del viernes hasta la medianoche del sábado, cuando el dispositivo lanzó una alerta a las autoridades brasileñas, que acudieron a verificar lo sucedido.

El expresidente negó que intentara quitarse la tobillera para fugarse, como sostiene el juez instructor, y fue visto en la entrada de la sede policial donde está detenido, tras recibir la visita de su esposa, Michelle.