El papa Francisco concedió una entrevista para el programa norteamericano '60 Minutos' de la cadena CBS News emitida el domingo, y abordó varios asuntos, entre ellos el de los abusos sexuales en el seno de la iglesia.
Según el pontífice, la Iglesia católica ha dado pasos adelante en relación con la penalización de los abusos sexuales por parte de los religiosos.
El obispo de Roma expresó en la entrevista que "cuando hay un caso de un consagrado o una consagrada que abusa, cae toda la ley encima. En eso se progresó muchísimo", sostuvo el vicario de Cristo, y señaló que hay "la tolerancia cero" contra esos crímenes.
No obstante, el papa reconoció que "la tragedia de los abusos es tremenda" y que en ese escenario, hay que tener una "conciencia recta" y "no solo no permitir" los abusos, "sino poner las condiciones para que" esto "no suceda".
Por otro lado, Francisco condenó el creciente antisemitismo, y señaló que "cualquier ideología es mala y el antisemitismo es una ideología y es mala", afirmó el pontífice.
"Cualquier 'anti' siempre es malo", dijo el papa argentino, quien expuso en su charla con CBS que "se puede criticar a un gobierno u otro, al Gobierno de Israel, al Gobierno palestino"...se puede criticar todo lo que se quiera, pero no ser 'anti' un pueblo. Ni antipalestino ni antisemita. No".
Cuestionado si podía ayudar a negociar la paz entre Israel y Palestina, el papa indicó que reza mucho por una solución pacífica del conflicto. "Por favor, deténganse. Negocien", pidió. No habló de implicarse directamente en el proceso.
Mas aún, Francisco criticó la falta de preocupación de la gente por los eventos globales, y dijo que "hay tantos Poncio Pilates sueltos por ahí que ven lo que está pasando, las guerras, las injusticias, los crímenes.
Criticó que solo dicen "'está bien, está bien' y se lavan las manos. Es indiferencia".
Francisco añadió que "eso es lo que sucede cuando el corazón se endurece", al tiempo que quien animó a "conseguir que nuestro corazón vuelva a serlo".
"No podemos permanecer indiferentes ante tales dramas humanos. La globalización de la indiferencia es una enfermedad muy fea. Muy fea", añadió el papa.
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