El Gobierno de Israel aprobó utilizar la vigilancia de teléfonos móviles por parte de la Agencia de Seguridad de Israel para determinar la ubicación de las personas que se han infectado con la nueva variante Ómicron del coronavirus.
Esto da a conocer el gobierno del estado judío en comunicado, argumentando la necesidad de impedir la propagación del patógeno.
La medida se toma para localizar casos confirmados de la nueva cepa y romper así la cadena de infección, según el Gobierno, y se estima que la decisión de las autoridades se mantendrá al menos hasta el 2 de diciembre.
Este uso de la polémica tecnología de monitoreo de teléfonos por parte del servicio de inteligencia Shin Bet rastreará contactos de individuos con casos confirmados de la variante ómicron en Israel, actividad que ya ha sido impugnada en otro momento por grupos israelíes de derechos humanos por considerarlo una violación de la privacidad.
Por otro lado, el gobierno aprobó la prohibición de ingreso de viajeros extranjeros El Ministerio de Salud dijo que el gabinete del coronavirus dio luz verde a varias medidas, incluyendo la prohibición de viajes a 50 países de África, así como la suspensión del ingreso de extranjeros y cuarentena para israelíes que arriben del exterior.
Ran Balicer, jefe del panel asesor del gobierno para el COVID-19, declaró a la radio pública de Israel que las medidas eran necesarias para la lucha contra la nueva variante y que era “mejor actuar temprana y estrictamente” para prevenir su diseminación.
