La iluminación artificial puede tener otra clase de riesgos
- Información 25
- 14 jul
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En tiempos dm los que pareciera que todo hace daño o conlleva riesgos, ahora un nuevo estudio de un equipo internacional de científicos se enfoca en el uso de la luz artificial durante la noche.
En especial se refiere a la emitida por teléfonos celulares o la iluminación artificial, que podría aumentar el riesgo de sufrir enfermedades cardíacas.
El trabajo aparece en la revista New Scientist, y sostiene que la luz, uno de los principales reguladores del ritmo circadiano, ha estado relacionada con diversos efectos sobre la salud.
Otras Investigaciones basadas en datos satelitales, encontraron que vivir en zonas urbanas muy iluminadas se asoció con una alta probabilidad de padecer problemas con el corazón y los vasos sanguíneos.
Los científicos decidieron determinar si la exposición general a la luz, tanto diurna como nocturna, influía en el desarrollo de afecciones cardiovasculares, y si esto dependía de factores como edad, sexo o predisposición genética.
Para ello, analizaron datos de unos 89 mil británicos con edad promedio de 62,4 años, que llevaron sensores de luz en la muñeca durante una semana entre 2013 y 2016. Los dispositivos captaron la luz natural o artificial de sus entornos.
Luego de un seguimiento de 8 años, se descubrió que los participantes que estuvieron expuestos a mayores niveles de luz nocturna presentaron entre 23% y 56% más de riesgo de padecer enfermedades del corazón, que quienes durmieron en ambientes oscuros.
Daniel Windred, de la Universidad australiana de Flinders, sostiene que el cuerpo sigue respondiendo a la luz después de apagarla, e incluso exposiciones breves pueden interferir con el ritmo circadiano.
Una hora con la luz del techo encendida entre la medianoche y las 6 de la mañana sería suficiente para que una persona esté en el grupo con alta exposición lumínica nocturna.
Los resultados se mantuvieron sin cambios incluso después de ajustar variables como sexo, edad, tabaquismo, trabajo por turnos, calidad de sueño y predisposición genética. Esto sugiere que la relación entre la luz nocturna brillante y el riesgo de enfermedad cardíaca era independiente de estos factores.
Windred aconseja reducir al máximo la exposición a la luz durante la noche. Esto se puede realizar estableciendo un horario para dormir, asegurándose de mantener la habitación oscura cada noche.
Añade que, si se llegase a despertar durante la noche, no se enciendan luces potentes, como la del techo, sino una "iluminación tenue y cálida".











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