Luego de 2 días de debate que para muchos fue algo histórico en el Sínodo General, la Iglesia británica determinó que ofrecerá su "bendición" a las parejas del mismo sexo.
En un comunicado, se consigna que la votación final arrojó 250 votos a favor y 181 en contra, con lo cual los miembros de la comunidad LGBTQI+ podrán asistir a la iglesia después que se casen por lo civil o registren una unión civil, para "dar las gracias, dedicar su relación a Dios y recibir la bendición de Dios".
Los arzobispos de Canterbury y York, Justin Welby y Stephen Cottrell, sus 2 clérigos de más alto rango, explicaron que "por primera vez, la Iglesia de Inglaterra dará la bienvenida pública, sin reservas y con alegría a las parejas del mismo sexo en la iglesia".
Aunque es un paso importante hacia el reconocimiento de los derechos de los homosexuales, la Iglesia anglicana aún se niega a permitir que el clero celebre matrimonios entre ellos, y apenas en enero, los miembros del sínodo apoyaron una enmienda que reitera esa prohibición, por lo que la votación no implica una divergencia respecto a la doctrina existente.
La obispa de Londres, Sarah Mullally, quien dirigió el debate y preside el grupo que supervisó el desarrollo de las propuestas, considera que esto es un "momento de esperanza para la Iglesia".
No obstante, quienes esperaban una igualdad total bajo la ley religiosa expresaron su inconformidad ante la postura del Sínodo, entre ellos, activistas por los derechos de los homosexuales.
El matrimonio entre personas del mismo sexo es legal en Inglaterra y Gales desde 2013, pero la iglesia no ha cambiado su posición en atención a la ley.
La decisión "no alcanza lo que en última instancia creemos que es el único resultado para la inclusión radical: el matrimonio igualitario para todas las personas", afirmó el reverendo Nigel Pietroni, presidente de la Campaña por el Matrimonio Igualitario en la Iglesia de Inglaterra.
En enero, la Iglesia británica se disculpó oficialmente por el trato "hostil y homofóbico" hacia la comunidad LGBTQI+.
Los miembros del clero tienen la opción, si así lo desean, de optar por no ofrecer su bendición. (RT)
