El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y de México, Andrés Manuel López Obrador, sostuvieron el fin de semana una conversación telefónica en la que acordaron medidas para reducir los cruces fronterizos irregulares, una olla de presión para los 2 gobiernos.
Por la mañana, López Obrador reveló que había tenido una charla con Biden el domingo, y horas después, la Casa Blanca lo confirmó en un comunicado.
La conversación se produce en momentos en los que hay campañas electorales en ambos países, y la cuestión migratoria es tema central del republicano Donald Trump en busca de ganar fe nuevo la Casa Blanca.
Washington indicó que "los 2 líderes discutieron cómo gestionar eficazmente la migración hemisférica, fortalecer la eficiencia operativa en la frontera compartida y así mejorar la seguridad y prosperidad de los ciudadanos de ambos países".
Nos mandatarios aseguraron que también se comprometieron a promover iniciativas para abordar "las causas fundamentales de la migración" y precisaron que "aumentar la prosperidad y la seguridad compartidas será de importancia crítica para abordar eficazmente el desafío migratorio a largo plazo".
En su conferencia mañanera, López Obrador confirmó que decidió con Biden "mantener abierta la frontera para que quienes hacen sus trámites legales puedan llegar a Estados Unidos, pero que no haya migración, vamos a decir, 'irregular'".
Indicó que hablaron sobre la necesidad de "trabajar juntos y seguir adelante en los temas que se tratan permanentemente como vecinos, amigos, socios, comerciales".
Agregó que "no se debe de olvidar que México es el principal socio comercial de Estados Unidos y tenemos una frontera de 3.180 kilómetros", son olvidar que viven en la Unión Americana 40 millones de mexicanos.
