Ya está a la vuelta de la esquina el tradicional y maravilloso Carnaval de Río de Janeiro, y luego de prácticamente 3 años de desventuras por la pandemia de coronavirus, las autoridades de la populosa ciudad brasileña se frotan las manos.
Se espera que la derrama económica que traerá la festividad andará por los 870 millones de dólares, que significarían un aumento del 12,5% respecto a 2020, antes de las restricciones derivadas de pandemia, que ese año ya había afectado la actividad mundial.
Según el ayuntamiento de Río de Janeiro, la proyección de ingresos para Río de Janeiro estará por encima del último año de celebraciones antes de la aparición de la del coronavirus en el país sudamericano.
El Carnaval de Río es famoso por sus comparsas callejeras y el desfile de las escuelas de samba, en el escenario abierto del Marques de Sapucaí, a dónde llegan millones de personas cada año.
La presidenta de la Fundación Joao Goulart, Rafaela Bastos, habló de los impactos económicos del Carnaval, señaló que mejora la condición de las comunidades pobres y de la economía en general, y explicó que solo Río de Janeiro moviliza durante el período de las fiestas de Carnaval un tercio de los recursos de Brasil.
Las comparsas callejeras ya comenzaron desde el pasado fin de semana en ciudades brasileñas como Río de Janeiro, Sao Paulo, Salvador y Belo Horizonte, a pocos días de los desfiles del "sambódromo" carioca se llevarán a cabo el 19 y el 20 de febrero.
La pachanga está a la vuelta de la esquina.
