Millones de chilenos acudieron este domingo a los centros de votación ubicados en más de 3 mil 200 sitios, para decidir si aprobaban o rechazaban una nueva propuesta de Constitución.
El presidente de Chile, Gabriel Boric, ya se pronunció tras el triunfo del "no" sobre una nueva constitución, y dijo que con el resultado del plebiscito "se cierra el proceso constitucional".
Con el 99,78% de mesas escrutadas, el voyo en contra se impuso con 55,76% frente al 44,24% del a favor en la votación chilena sobre una nueva constitución.
Se trata del segundo plebiscito en 15 meses, para sustituir la Constitución que está viendo gente en el país andino.
"El país se polarizó, se dividió, y al margen de este contundente resultado, el proceso constitucional no logró canalizar las esperanzas de tener una nueva constitución redactada para todos", comentó el mandatario. "La política ha quedado en deuda con el pueblo de Chile", señaló.
"Y esta deuda se paga logrando las soluciones que los chilenos y chilenas necesitan y nos exigen que alcancemos", agregó el presidente Boric señaló que no se
puede dejar a un lado a los chilenos que apoyaron la creación una nueva carta magna: "Es el momento de reconocer el resultado alcanzado a quienes levantaron la opción 'en contra', pero sin olvidar que una parte importante de quienes asistieron a las urnas votaron por la opción "a favor".
"El país lo hacemos todos y todas, y quienes triunfan en una elección no pueden prescindir ni ignorar a quienes son circunstancialmente derrotados", añadió.
La actual Constitución está vigente desde la dictadura de Augusto Pinochet que vivió el país andino entre ,1973-1990, la cual ha sido reformada en no pocas ocasiones desde la llegada de los gobiernos democráticos.
Los locales de votación a los que podían acudir 15,4 millones de ciudadanos cerraron a las 6 de la tarde hora local.
El texto conformado por 17 capítulos y 216 artículos, no tuvo consenso en el Consejo Constitucional, entidad de 50 consejeros elegidos en las urnas, el cual redactó la propuesta donde ultraderecha y la derecha tradicional hicieron valer su mayoría, con 33 votos en total.
Las derechas defendían que la nueva propuesta constitucional es mejor que la actual Carta Magna porque “recoge” las preocupaciones ciudadanas como la seguridad o migración, y porque, dicen, su aprobación pondrá fin a 4 años de incertidumbre institucional que provocó el estallido social de 2019.
La izquierda, estimaba que la propuesta es dogmática, porque perpetúa el modelo neoliberal que instaló el régimen y supone “retrocesos” en derechos sociales.
Las encuestas publicadas anticipaban que la ciudadanía votaría en contra del nuevo texto, y el nuevo rechazo mantendrá vigente la actual Constitución cerrará por un tiempo el debate constitucional porque el presidente Boric no impulsará un tercer intento.
