El ´Día de San Valentín no solo es afecto, amor y amistad…también recordamos que un día como este, pero del año 1929, la ciudad de Chicago fue escenario de uno de los acontecimientos más atroces dentro del mundo criminal de su tiempo: la matanza de San Valentín, perpetrada por Al capone
Originalmente, ni Capone ni Bugs Moran, líder de una banda exterminada, tenían nada que ver, sino los jefes de ambos, John Torrio (mentor de Capone) y Dion O’Banion, quienes dividían su tiempo en contrabandear alcohol y confeccionar arreglos florales. Cinco años antes, en su intento por apaciguar el conflicto que sostenía O’Banion con los hermanos Genna, Torrio le propuso comprar su cervecería con tal de que abandonara Chicago, y Dion aceptó a sabiendas de que en la cervecería habría una redada en los próximos días, por lo que su negocio se mantendría seguro.
O’Banion se rió en la cara de Torrio por poco tiempo pues el 10 de noviembre de 1924 fue acribillado por 3 hombres. Con su muerte quedó un espacio libre que sus hombres no dudaron en ocupar.
Hymie Weiss y Bugs Moran fueron los nuevos líderes, y desde entonces los atentados contra Capone ocurrieron continuamente. Torrio decidió alejarse del negocio y dejó a Capone al frente de los negocios de alcohol y prostitución, mientras los roces siguieron entre ambas bandas; sin embargo Capone tenía 2 puntos a favor: era carismático y los periódicos lo trataban como héroe, ya que los gángsters eran vistos como benefactores, quienes combatían la Ley Seca, que prohibía la venta de alcohol, pero a la vez explotaban el tráfico de este producto.
El 14 de febrero de 1929, la banda de Moran se reunió en el 2122 de la calle North Clark para recoger un cargamento de alcohol. Esa fatídica mañana estaban James Clark, su cuñado, Adam Meyer, John May, Al Wéinshank, los hermanos Frank y Pete Gusenburg y el doctor Reinhardt Schwimmer. El único ausente era Moran, quien llegaría más tarde; el reloj marcaba las 10:25 de la mañana. Un minuto después, una patrulla se acercó a la bodega, seguida de un vehículo no identificado. Algo raro pasaba, pues los delincuentes ya habían pagado su cuota a la policía para que los dejaran trabajar libremente. Bajaron 3 policías y 2 civiles quienes ordenaron a los 7 individuos ponerse contra la pared.
Moran llegó, pero huyó de prisa al ver la patrulla y esperó en una cafetería hasta entender qué sucedía. En tanto, los 7 tipos seguían contra la pared temiendo lo peor y no sabían que los policías eran en realidad mafiosos y que uno era ni más ni menos que Jack McGurn, mejor conocido como Machine Gun, por lo que a las 10:30 horas todo llegó a su fin cuando una ráfaga de plomo hizo rugir las metralletas Thomson.
La prensa vio como sospechoso a Capone, quien se justificó diciendo que en ese momento estaba en Miami. La coartada de Machine Gun fue mejor: había pasado el día con su novia Louise Rolfe. La emblemática matanza se convirtió en un éxito mediático pero paradójicamente significó el fin de la carrera de Capone, quien por primera vez dejó de lado su apariencia carismática para dar paso a su perfil más rudo y oscuro.
A pesar de que nunca lo pudieron culpar del suceso y que se apoderó del mercado del alcohol, su carrera fue en picada: Fue acusado de evasión de impuestos y condenado a 11 años de prisión el 17 de octubre de 1931, cumpliendo parte de su condena en Alcatraz, aunque fue liberado por buena conducta en noviembre de 1939.
Vivió sus últimos años en su mansión, con alucinaciones y bajo el miedo de ser asesinado. Enfermo de sífilis, murió el 25 de enero de 1947, mientras que Moran nunca se recuperó del golpe de Capone y murió de cáncer en 1957, mientras purgaba una pena de diez años por robo.
Una recreación de la escena en la película “La Matanza de San Valentín” de 1967 se convirtió en un éxito mediático. Además, decenas de artículos periodísticos, una película, documentales y referencias en diferentes programas de televisión, es parte de lo que arrojó este sangriento capítulo del mundo de la mafia.
