Finalmente, y luego de que el gobierno de Texas amenazara con llevar el problema hasta Washington, su gobernador derogó la orden que permitía estrictos controles en el cruce fronterizo con México, el cual había generado protestas, caos y pérdidas económicas en ambos lados de la frontera. En una decisión mas política que otra cosa para presionar al gobierno federal y quedar bien con sus electores, el gobernador texano Greg Abbott canceló todas las inspecciones a los autobuses y camiones provenientes de México. El gobierno texano tuvo ya acuerdos con los mandatarios de los estados mexicanos de Nuevo León y Chihuahua, y así se solucionó la crisis, derivada del eterno problema para frenar el flujo de migrantes ilegales y drogas procedentes del sur. Transportistas denunciaron en las últimas semanas que tardaban más de un día en cruzar la frontera a Estados Unidos, provocando la inconformidad de las cámaras comerciales mexicanas por las pérdidas econímicas que generaba la mqwdida, de millones de dólares diarios.
Texas puso en marcha desde el 6 de abril, Texas las inspecciones de tractocamiones y autobuses que cruzaran la frontera sur de Estados Unidos argumentando la necesidad de mayores controles migratorios para evitar el tráfico ilegal de drogas y personas La medida se produjo raíz de que el Centro de Control y Prevención de Enfermedades estadounidense puso fin a las expulsiones de migrantes bajo el Título 42, política fronteriza que utilizó Estados Unidos en el gobierno de Donald Trump para expulsar del país a miles de personas bajo el pretexto de controles sanitarios por la pandemia de coronavirus.
