El presidente Andrés Manuel López Obrador, dijo que fue buena y cordial su reunión con Jennifer Granholm, secretaria de Energía estadounidense, quien visitó México el jueves para reunirse con su homóloga mexicana Rocío Nahle, con el canciller Marcelo Ebrard y con el propio mandatario, a propósito de la reforma energética que ha planteado el gobierno federal.
López Obrador señalo en su mañanera de este viernes que se instalarán mesas de trabajo con el Gobierno norteamericano para revisar los contratos de empresas del sector energético en el marco de la reforma impulsada por el Gobierno federal, y apuntó que en su reunión con Granholm, se explicaron causas y objetivos de la reforma energética, cuestionada por congresistas estadounidenses porque, a su juicio, viola T-MEC y afecta contratos con empresas de la Unión Americana.
El presidente dijo que se instalarán mesas de análisis con Washington para estudiar por separado cada caso, y aseguró que nuestro país está abierto al diálogo.
El mandatario puso el dedo en la llaga sobre los presuntos actos de corrupción por parte de empresas que se autoabastecen de electricidad, vendiendo el recurso cuando es un delito, cuestionando además los subsidios otorgados a grandes empresas y no a ciudadanos.
López Obrador mencionó que algunas empresas involucradas en estos señalamientos, tienen nexos con compañías españolas del sector que buscan protegerse a través del Gobierno estadounidense, preguntándose “con qué argumentos un Gobierno extranjero va a venir a defender la corrupción”.
Sobre esto, apuntó que “el Gobierno de Estados Unidos ha sido muy respetuoso y no están protegiendo la corrupción", toda vez que varias empresas buscan ampararse de esa forma para no perder los beneficios obtenidos en sexenios pasados y que afectan a las finanzas del Estado
"Les debería de dar vergüenza, son unos reverendos ladrones que no entienden que ya son estos tiempos", dijo López Obrador, quien dijo irónicamente que "nos vamos a quedar sin luz, va a haber apagones, así es en Venezuela, son ideas comunistas", a propósito del discurso de empresarios mexicanos y extranjeros para descalificar la reforma energética, toda vez que sus beneficios se podrían ver afectados.
