Luego del inicio de un operativo militar del ejército judío en la ciudad de Rafah en la Franja de Gaza, el Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, afirmó que “es esencial un acuerdo entre el gobierno de Israel y los dirigentes de Hamas para poner fin al sufrimiento insoportable de los palestinos en Gaza y de los rehenes y sus familias”.
Guterres, que a estas alturas de la crisis mundial solo puede hacer declaraciones y nada más, llamó a Israel a detener cualquier escalada y participar de manera constructiva en las conversaciones diplomáticas en curso.
El problema del secretario general de Naciones Unidas es que ni Estados Unidos ni Israel, acatan los mandatos del organismo, que ya sirve de muy poco a la paz mundial.
Tampoco Rusia acata las resoluciones en su guerra contra Ucrania.
En una breve aparición ante la prensa en la sede de Nueva York, Guterres se refirió al avance israelí sobre Rafah, cerrando ese cruce fronterizo de entrada de asistencia vital, anunciando una incursión militar y ordenando la evacuación de algunas zonas de esa ciudad del sur de Gaza, donde se refugian 1,4 millones de palestinos.
“El cierre de los cruces de Rafah y Karem Shalom es especialmente perjudicial para una situación humanitaria que ya es terrible. Deben reabrirse inmediatamente”, apuntó, advirtiendo que el combustible podría agotarse esta noche con todo lo que ello implica.
El titular de la ONU manifestó gran preocupación y angustia por la renovada actividad militar en Rafah por parte del ejército israelí y afirmó que un ataque a gran escala contra esa ciudad gazatí sería “una catástrofe humana”.
“¿No han sufrido los civiles suficiente muerte y destrucción?”, preguntó Guterres, y precisó que Rafah es el centro de las operaciones humanitarias para Gaza, e incluso “los mejores amigos de Israel” saben el desastre que desataría una embestida ahí.
“Un asalto a Rafah sería un error estratégico, una calamidad política y una pesadilla humanitaria”, recalcó el portugués, quien llamó a todos los actores con influencia sobre Israel a hacer lo que esté a su alcance para ayudar a evitar una tragedia mayor, cuyas repercusiones se extenderían mucho más allá de la Franja de Gaza, a Cisjordania ocupada y a toda la región.
Guterres subrayó también la “responsabilidad compartida” de la comunidad internacional de promover un alto el fuego humanitario, la liberación incondicional de todos los rehenes y un aumento masivo de la ayuda humanitaria para salvar vidas.
Para el Secretario General, el actual es un momento decisivo para los pueblos palestino e israelí y para el destino de Medio Oriente.
“Esta es una oportunidad crucial que la región y, de hecho, el mundo, no puede permitirse el lujo de desaprovechar”, sostuvo, aunque aceptó que las cosas van en la dirección equivocada.
“Reitero mi llamamiento a ambas partes para que demuestren valentía política y no escatimen esfuerzos para lograr un acuerdo ahora”, puntualizó António Guterres.
(Con información de Naciones Unidas)
