La desclasificación de documentos relacionados con el caso del depredador sexual Jeffrey Epstein y su pareja Ghislaine Maxwell le está ocasionando algunos dolores de cabeza al expresidente estadounidense Bill Clinton, quien se asegura, habría "amenazado" a la revista especializada Vanity Fair para que no escribieran sobre la implicación del millonario en delitos de tráfico sexual.
Lo anterior se desprende de un correo electrónico de Virginia Giuffre, una de las presuntas víctimas de Epstein, quien se suicidó en una cárcel neoyorkina hace 4 años
La desclasificación de documentos se enmarca en una demanda civil contra Maxwell, declarada culpable de conspirar con Epstein para abusar sexualmente de niñas durante al menos una década, interpuesta por Giuffre, que acusó a la pareja del empresario de reclutarla para ser objeto de abusos.
La demanda se resolvió Maxwell está encarcelada cumpliendo una condena de 20 años por cargos de tráfico sexual.
El correo electrónico está fechado en mayo del 2011, y en el mismo, Giuffre le comentó a la periodista Sharon Churcher que el exmandatario estadounidense entró en las oficinas de Vanity Fair y "amenazó" a la revista para que "no escribieran artículos de tráfico sexual sobre su buen amigo", Jeffrey Epstein, cosa que ya salió a desmentir un representante del antiguo editor de Vanity Fair, Graydon Carter, al declarar al diario The Telegraph que "esto categóricamente no sucedió".
Clinton nunca fue acusado de delito alguno vinculado al caso Epstein, e incluso, después del arresto del millonario en 2019, su vocero, Angel Ureña, dijo en un comunicado que el expresidente no sabía "nada" de sus "terribles crímenes".
El nombre del exmandatario demócrata fue mencionado también en otros documentos desclasificados difundidos esta semana, ya que otra presunta víctima de Epstein, Johanna Sjoberg, afirmó al ser cuestionada durante una declaración en mayo de 2016 si el magnate alguna vez le habló sobre el Clinton, y respondió que "una vez le dijo que a Clinton le gustan jóvenes, refiriéndose a las niñas".
Sin embargo, aseguró nunca haberlo conocido o visto en la isla privada de Epstein en el Caribe que, junto a otras propiedades del fallecido fueron según testimonios de presuntas víctimas, escenarios de sus delitos.
Ureña señaló en su momento que entre 2002 y 2003, Clinton realizó 4 vuelos en el avión de Epstein que "incluyeron escalas en relación con el trabajo de Clinton Foundation", y fue acompañado por personal, "colaboradores" de la fundación y miembros de seguridad, que "viajaron en todas las etapas de cada viaje".
Asimismo, se vio con Epstein en 2 ocasiones en 2002, una en su oficina y otra en el apartamento del magnate en Nueva York, donde Clinton también fue acompañado por su personal de seguridad. El exmandatario nunca visitó la isla de Epstein, ni su residencia en Florida o su finca en Nuevo México.
