La llamada “democracia más grande del mundo” será puesta a prueba en estos meses, cuando se defina si el expresidente republicano Donald Trump puede competir por la silla del salón oval de la Casa Blanca a pesar de todas las demandas y acusaciones penales que tiene por delante.
Las más graves son las relacionadas con el proceso electoral del 2020 cuando perdió ante el demócrata Joe Biden e intentó manipular los resultados, entre ellas, el discurso que pronunció durante un mitin en Washington DC el 6 de enero de 2021, y que desembocó en el ataque al Capitolio por parte de sus simpatizantes.
En esa ocasión, un número importante de simpatizantes arengados por el magnate intentaron tomar la sede del Congreso, muchos ingresaron al recinto y causaron destrozos, hubo policías muertos, y los congresistas debieron ser protegidos para evitar ser agredidos, cuando sesionaban para calificar la elección de Biden.
Ahora, Trump advierte que dejará libre a quienes fueron encarcelados por atacar el símbolo de la democracia norteamericana, y ha declarado anoche en su red social Truth Social, que “mi primera acción como su próximo presidente será cerrar la frontera y liberar a los rehenes del 6 de enero encarcelados injustamente".
En enero pasado, y en un evento de campaña en el estado de Iowa, en el norte, el republicano llamó al presidente Biden a "liberar los rehenes", como llama a los detenidos por participar en el asalto al Capitolio, sede del Congreso, muchos de ellos identificados lo mismo atacando policías, que trepando bardas, rompiendo vidrios e ingresando a las oficinas de los legisladores.
Los atacantes fueron azuzados Trump con su insostenible denuncia de fraude electoral, y se fueron directo al Capitolio para intentar impedir la certificación del triunfo de Biden. Cerca de mil 500 personas fueron acusadas del ataque al Congreso, de las cuales al menos 500 fueron condenadas a penas de cárcel por la asonada, inédita en la historia de estados Unidos.
Ahora, hay magistrados del Tribunal Supremo que buscan avalar el ataque al Congreso validando la aspiración presidencial de Trump, quien enfrenta hasta 4 procesos penales, incluidos 2 por intentar revertir los resultados de las elecciones de noviembre de 2020 ganadas por Biden.
Por lo pronto tiene casi asegurada la nominación como candidato republicano para las elecciones de noviembre, no tiene rival enfrente, y este martes podría convertirse al igual que Biden, en candidatos de sus respectivos partidos.
El Partido Republicano realiza comicios primarios en Georgia, Misisipi, Hawái y Washington, estados que reparten 161 delegados, y Trump que mismo suma mil 078, solo necesita 137 para amarrar la candidatura…por ahora
