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  • Laura Meléndez

Abre CNDH parte de los documentos que integraron indagatorias sobre el caso de Mario Aburto


La Comisión Nacional de derechos Humanos retomó la Recomendación del pasado 26 de octubre dirigida a la Fiscalía General de la República y al Órgano Administrativo Desconcentrado Prevención y Readaptación Social, por haberse acreditado actos de tortura en agravio de una persona que se encuentra en el CEFERESO 12 en Ocampo, Guanajuato, y que, resultado de la investigación oficial que 4 subprocuradores especiales realizaron entre 1994 y el año 2000, fue sentenciado como responsable del asesinato de un candidato presidencial.


El asesino y actual preso es Mario Aburto Martínez y el candidato asesinado era Luis Donaldo Colosio, suceso ocurrido en marzo de 1994


Refiere la CNDH que en esclarecimiento de los hechos referidos en la queja que le dio origen, se integraron en ella documentos, peritajes y testimonios obviados o eliminados de la investigación oficial, así como partes de una entrevista hecha a Aburto por personal de la CNDH, presuntamente el 12 de abril de 1994, la cual obra en sus archivos pero no consta ni en la indagatoria oficial ni en ningún expediente de seguimiento de queja de la CNDH referente a la tortura denunciada, porque nunca se la integró, además de que seguramente fue hecha de manera subrepticia, sin que supiera Abueto, que estaba siendo grabado.


Lo que pudo acreditar la Recomendación emitida por la CNDH es que Aburto Martínez fue torturado desde su detención el 23 de marzo de 1994, al igual que algunos miembros de su familia, y que las autoridades lo sabían, como lo supieron en su momento los responsables de la investigación oficial y la Comisión Nacional, pese a lo cual minimizaron esto con tal de sostener la versión del “asesino solitario”.


Dice la Comisión que a las varias deficiencias, omisiones y violaciones al debido proceso en la investigación del asesinato de Colosio, se suma esta circunstancia que hace obligado revisar el caso, y ofrecer justicia y verdad tanto a las víctimas, incluida la familia del asesinado, como a la sociedad mexicana.


Destaca el organismo que contrario a lo dicho en su momento por los responsables de la investigación, y que consta en el Informe Final de la Subprocuraduría Especial encargada del esclarecimiento del caso, Aburto jamás refirió que hubiera sido torturado sino hasta su declaración ante el Juez Primero de Distrito en el Estado de México, el 29 de abril de 1994, lo que según ellos le restaba crédito, la verdad es que desde su detención en Lomas Taurinas, y varias veces en los primeros interrogatorios, Mario dijo que no era responsable de los hechos y que estaba siendo torturado y presionado para inculparse, y nadie le hizo caso.


Además, se desacreditaron o minimizaron testimonios de testigos de la tortura de Aburto Martínez, incluso de quienes participaron en ella y así lo declararon a las autoridades. Más aún, se sesgó la información contenida en exámenes médicos que le practicaron, entre el momento de su detención en la Delegación de la PGR en Tijuana y su ingreso al penal de Almoloya entre el 23 y el 25 de marzo de 1994.





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