En un año donde la pandemia de coronavirus está en una de sus etapas más bajas y un nuevo gobierno abre nuevas expectativas, los brasileños en Rio de Janeiro festejan desde hoy y hasta el lunes venidero su ya famoso y nunca tan extrañado carnaval.
Los adictos, participantes y simpatizantes de esta fiesta, van a celebrar en grande tras 2 carnavales poco colorido y hasta de alguna manera faltos de entusiasmo, debido a la calamidad que significó para el mundo la aparición de la Casa.
Ahora, Rio quiere celebrar "la vida y la democracia", dijo el alcalde Eduardo Paes, al entregar simbólicamente las llaves de la ciudad al personaje del "Rey Momo", con lo que puso en marcha los festejos de música y baile.
El carnaval de Río tuvo poco que ofrecer en febrero de 2020, cuando el coronavirus ya había aparecido en China y se replicaba en otros países de Asia y en Europa, mientras que para 2021 fue de plano suspendida en 2021, dando paso el jolgorio hasta abril de 2022 y con restricciones .
Ahora es diferente: el regreso a la normalidad, permite reaparecer a las comparsas que alegran las calles desde la semana pasada, y las escuelas ultiman los detalles de sus esperados desfiles en el tradicional Sambódromo.
La Liga Independiente de las Escuelas de Samba espera la participación en los desfiles, las calles y las gradas del Sambódromo de hasta100 mil personas
por noche.
Más aún, en el carnaval callejero se espera la participación de 5 millones de personas.
No solo es el primer carnaval sin restricciones sanitarias, sino el primero desde que Luiz Inácio Lula da Silva asumió la presidencia; a su predecesor, Jair Bolsonaro, no le gustaba la fiesta del carnaval .
Las agrupaciones tienen una hora en promedio para desfilar por la Avenida Marqués de Sapucaí y llamar la atención de los jurados, que analizarán tema del desfile, samba, batería de percusión, trajes y carrozas para premiar a la mejor escuela.
El carnaval de Río dejará una derrama de unos 880 millones de dólares en la economía local.
A darle con todo a la bailada...
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