En un país donde políticos y ciudadanos se amparan en una enmlenda constitucional para adquirir armas bajo cualquier pretexto, el resultado es más violencia ...
Estados Unidos cierra este 2023 con 650 tiroteos masivos, es decir, un promedio de 2 al día, una de las cifras más elevadas en casi una década.
Apenas 2021 superó esa cantidad de tiroteos con 690, de acuerdo con el reporte de Gun Violence Archive, proyecto sin ánimo de lucro que reúne datos de periódicos y Departamentos de Policía para una base de datos nacional sobre violencia armada.
En 2022 se contaron 647 tiroteos masivos, que son aquellos en los que al menos 4 personas resultan heridas o muertas en un solo incidente, sin incluir al responsable.
En 2023 hubo 3 tiroteos más, convirtiendo este año en el segundo más letal desde que está ONG comenzó a recopilar datos en 2014.
El tiroteo más letal de 2023 se produjo en octubre en Lewiston, Maine, donde un reservista del Ejército mató a 18 personas e hirió a otras 13 al abrir fuego primero en una bolera y luego en un restaurante.
Para esta organización, los tiroteos siguen produciéndose porque Estados Unidos es un país donde hay más armas de fuego que habitantes.
La organización de investigación suiza Small Arms Survey, contabilizó unas 120,5 armas por cada 100 habitantes, y en 2018 se estimaba que había 390 millones de armas en circulación en Estados Unidos.
Kelly Drane, investigadora de la organización Giffords, nombrada en honor a la excongresista por Arizona Gabby Giffords, gravemente herida en un tiroteo en 2011, cuando aún estaba en el cargo, dijo a la agencia Efe que “hemos observado un aumento en la compra de armas durante la pandemia, en 2020, y también en 2021.
Vimos que muchas personas que antes no tenían armas las estaban adquiriendo, lo que significa que más hogares en EE.UU. tienen armas en comparación con años anteriores”.
Además, quienes suelen perpetrar tiroteos contra grupos de personas a menudo tienen problemas mentales o han experimentado cambios drásticos en sus vidas, como despidos o pérdidas de seres queridos, una situación que se exacerbó con la pandemia, detalló la investigadora.
El derecho a poseer y portar armas de fuego lo protege la Segunda Enmienda de la Constitución estadounidense. No obstante, y pese a los intentos de reformar la ley, rara vez producen cambios significativos.
Para muchos, la legislación no aborda un elemento crucial de los tiroteos: los fusiles de asalto, como los AR-15, diseñados como armas de guerra y que permiten que una persona pueda seguir disparando sin detenerse a recargar.
El actor más influyente, no obstante, es la Asociación Nacional del Rifle, que contribuye económicamente a las campañas de candidatos presidenciales y miembros del Congreso para evitar que se aprueben leyes para reforzar el control de armas. (Efe)
