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Laura Meléndez

Una de las divas del cine hollywoodense: Greta Garbo

Nacida en Estocolmo, Suecia, el 18 de septiembre de 1905 con el nombre de Greta Lovisa Gustafsson, se convirtió en el principal mito del Séptimo Arte.   Fue conocida con los apodos de «La divina» y «La mujer que no ríe» debido al rictus serio de su rostro, sólo interrumpido en una escena de su memorable filme Ninotchka donde suelta una carcajada. Esta escena llegó a los periódicos con el titular «La Garbo ríe».

 

A la edad de 14 años, el padre de Greta murió y se vio forzada a abandonar la escuela para trabajar para ayudar a la familia; consiguió un trabajo en un almacén conocido como Pub, en Estocolmo, y no tardó mucho en ser escogida para las campañas publicitarias de los grandes almacenes. Tan pronto como apareció su foto en los periódicos, la escogieron para un cortometraje publicitario para la misma cadena Pub.

 

Esto en definitiva, le hizo probar el sabor de lo fílmico, y pronto aparecería en otro cortometraje. Un director de comedias, Eric Petscher, le daría una pequeña oportunidad en su producción Pedro el Tramposo en 1922 y muy pronto la joven Greta, recibiría una beca para una escuela de drama en Estocolmo.

 

En 1924, Garbo tuvó su primera oportunidad cuando el director Mauritz Stiller le dio un papel en La leyenda de Gosta Berling. El éxito de la película benefició a ambos, que fueron contratados con la Metro Goldwyn Mayer, y tras su primer filme, El Torrente, Garbo se convirtió en una de las estrellas del cine mudo con películas como Amor y La mujer ligera entre otros.


Su ascenso como estrella fue en los últimos años del cine mudo, pero la llegada del sonoro no la perjudicó, aunque las películas con sonido delataban su fuerte acento sueco, Con su primera película sonora (Anna Christie de Clarence Brown), Garbo fue nominada al premio Óscar.

Películas como Mata Hari, La reina Cristina de Suecia y Anna Karenina afianzaron la leyenda de «la Garbo». En 1939 Garbo realiza su primera comedia, Ninotchka, la que no sólo fue un gran éxito comercial y de taquilla, sino que contribuyó a una nueva nominación al Óscar.

 

Greta Garbo fue asociada a la frase «Quiero estar sola». Su estilo de vida fue calificado de ermitaño y un tanto huraño, pues a diferencia de otras estrellas la Garbo se mantuvo alejada de los grandes eventos de Hollywood, prefiriendo la soledad y el anonimato.

 

En la cúspide de la popularidad, Garbo dejó el mundo del cine a la temprana edad de 36 años y vivió el resto de su vida en un apartamento en Nueva York cerca de Central Park, totalmente retirada y evitando cualquier contacto con los medios informativos. No acudía a fiestas ni actos públicos; incluso cuando le ofrecieron un Óscar Honorífico, lo rechazó.

 

Precisamente su enigmático comportamiento y su pertinaz soltería dieron pie a múltiples rumores en los medios acerca de su bisexualidad; entre esos rumores, el de ser amante de la actriz mexicana Dolores del Río y de la escritora Mercedes de Acosta, con quien mantuvo 28 años de amistad y abundante correspondencia que quedó como un legado después de la muerte de Mercedes en 1968.

 

Finalmente en el 1954, recibió un Óscar por su trayectoria cinematográfica. En los siguientes 30 años de su vida mantuvo contacto con grandes personalidades de la Jet Set y a pesar de no haber aparecido en ninguna película desde La mujer de dos caras en 1941, el interés del público hacia su persona nunca decayó.

 

Los periodistas la acosaron hasta el último momento e hicieron guardia ante su casa persiguiéndola para fotografiarla en su vejez, motivo por el cual se la veía siempre con gafas oscuras y sombreros que ocultaban su rostro.

 

La salud de Garbo comenzó a declinar a mediados de la década de 1980 y el 15 de abril de 1990 muere víctima de un síndrome renal y de neumonía. Tenía 84 años. En junio del 1999 sus cenizas fueron enterradas en el cementerio Skogskyrkogarden en Estocolmo.

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