El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ordenó a su gobierno considerar aranceles sobre el cobre, un movimiento más de la Casa Blanca para gravar una amplia gama de importaciones.
Trump expresó antes de firmar la orden ejecutiva para analizar las importaciones de cobre, que esta medida “tendrá un gran impacto”.
Por su parte, y en una llamada con reporteros, el asesor comercial de la Casa Blanca, Peter Navarro, calificó la medida como un intento de impedir que China expanda su sector del cobre y atender una vulnerabilidad más amplia en la seguridad nacional.
Mas aún, existe el deseo de restaurar la minería, fundición y refinación del cobre en el país, dadas las posibles necesidades militares y tecnológicas.
Trump ha dicho en varias ocasiones que sus objetivos comerciales son garantizar que las importaciones sean iguales en tamaño a las exportaciones, para que Estados Unidos no tenga déficits comerciales, pero en el caso del cobre, tiene un superávit y el gobierno ve un riesgo para la seguridad nacional en las previsiones de oferta y demanda.
El año pasado, Estados Unidos exportó 11 min 300 millones de dólares en cobre e importó 9 mil 600 millones de dólares en cobre, según la Oficina del Censo.
Otro paso en dirección hacia una guerra comercial.
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