La Policía de Kenia informa este miércoles que la cifra de víctimas mortales entre una secta que ayunó hasta morir para ver a Jesucristo aumentó a 303.
En las últimas horas, las autoridades reportan que fueron encontrados en un bosque de la región sur del país africano 19 cadáveres más.
El número de fallecidos fue ratificado por la comisionada regional de policía de la Costa keniana, Rhoda Onyancha, desde que iniciara el proceso de recuperación de cadáveres en abril pasado en el bosque de Shakahola.
Onyancha dijo que el número de personas rescatadas vivas es de 95, y que "los reportados como desaparecidos son 613".
Hasta ahora, 35 sospechosos han sido detenidos en relación con la llamada masacre de Shakahola, y 65 supervivientes rescatados del bosque, comparecieron ante el tribunal de Shanzu en la ciudad de Mombasa por supuestamente intentar suicidarse, negándose a comer en un centro de rescate.
La Fiscalía keniana presentó una solicitud para que se les deje en prisión preventiva porque el citado centro ya no puede retenerles.
Las primeras investigaciones apuntan a que los fieles eran forzados a seguir con el ayuno aunque quisieran abandonarlo.
Según el ministro del Interior, Kithure Kindiki, "tenemos muchas más fosas en este bosque, y por lo tanto nos lleva a concluir que esto fue un crimen altamente organizado", y aseguró que el Gobierno hará lo que sea necesario para desbaratar esta actividad criminal organizada".
El tribunal de Shanzu ordenó extender la detención del líder de la secta que presuntamente persuadió a las víctimas para ayunar, el pastor Paul Mackenzie, junto con su mujer y otros 16 sospechosos, en su calidad de líder de la Iglesia Internacional de las Buenas Nuevas.
Mackenzie fue detenido el pasado marzo después de ser acusado de la muerte de 2 niños en circunstancias similares, pero obtuvo la libertad bajo fianza.
