Italia enfrenta una de las sequías más severas en 7 décadas, y la escasez del vital líquido ha provocado el descenso del nivel del agua en el río más grande del país y severos problemas de abasto.
El nivel de las aguas del río Po que tiene más de 650 650 kilómetros de longitud, ha bajado bastante y es el encargado de abastecer varios centros industriales del país, pero su nivel actual está dañando la producción de verduras, la energía hidroeléctrica y la pesca, además de infinidad de actividades independientemente de su consumo humano.
En el caso de los peluqueros de la ciudad de Castenaso, ubicada en el norte del país transalpino, les fue prohibido realizar un segundo lavado de cabello a sus clientes para ahorrar agua en medio de la severa sequía que azota a las regiones centro-norte del país.
Citado por medios locales, afirmó el alcalde de esa localidad, Carlo Gubellini señala que "entre peluquerías y barberos tenemos una decena de salones. Si multiplicamos el agua utilizada para cada cliente, estamos hablando de miles de litros por día".
Explica en su ordenamiento que "de un grifo abierto fluyen al menos 13 litros de agua por minuto", por lo que se requieren al menos 20 litros para enjuagar el cabello de una persona 2 veces.
"En la situación en la que nos encontramos, ya no nos lo podemos permitir", asegura el alcalde, quien aclaró que la prohibición "no tiene un propósito opresivo" sino de "empoderar a los ciudadanos".
Quienes no respeten la norma podrían ser sancionados con hasta 500 euros y Gubellini añadió que “la situación actual es verdaderamente alarmante. Hasta el 29 de junio, la región de Emilia-Romaña tiene las reservas de agua necesarias para regar los campos. A partir de julio, las cosas pueden empeorar drásticamente".
"Hasta ayer teníamos mucha agua, pero ya no es así y nuestros hábitos tendrán que cambiar", agregó el alcalde de Castenaso, cuya determinación se amplió además al riego de huertos.
