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  • Laura Meléndez

Se cumplen 32 años de las trágicas explosiones de Guadalajara

El lunes 22 de abril de 1992 el sector Reforma de Guadalajara fue sacudido por violentas explosiones debido a un derrame de combustible en el drenaje, y no se sabe hasta ahora cuantas personas murieron.

 

Los estallidos ocurrieron en el barrio de Analco, afectando también a las colonias Atlas, San Carlos, y Las Conchas, y las explosiones de petróleo en el sistema de alcantarillado se produjeron poco después de las 10  de la mañana, destruyendo cerca de 15 kilómetros de calles, siendo Gante la más afectada.

 

Los primeros indicios de que algo anormal ocurría aparecieron el 19 de abril cuando vecinos de la calle Gante reportaron al Ayuntamiento de Guadalajara un fuerte olor a gasolina que salía de las tomas de agua, además de presencia de humo de las alcantarillas. El día 21, trabajadores del ayuntamiento y Protección Civil se presentaron en Gante, encontrando elevados niveles de gasolina y otros hidrocarburos bajo el alcantarillado, pero no consideraron necesario evacuar la zona.

 

Cerca de las 10 de la mañana del 22 de abril de 1992, las tapas de las alcantarillas empezaron a volar y humo blanco comenzó a salir de ellas. 5 minutos después se registraron 2 explosiones en Independencia y Aldama, y en Gante con 20 de noviembre.

 

Una tercera explosión y un autobús de la ruta 333 fue lanzado por los aires, en Gante y Nicolás Bravo.

 

La cuarta explosión ocurrió a las 10:12 de la mañana en la González Gallo, zona de fábricas que fueron de inmediato desalojadas mientras comenzaban a llegar cuerpos de rescate y voluntarios a las zonas afectadas por las explosiones. A las 10:23 hubo una quinta explosión en Gante y Calzada del Ejército; el barrio Mexicaltzingo fue evacuado y 3 estallidos más se sucedieron entre las 10.30 y las 11 en 5 de Febrero y Río Bravo, Gante y Silverio García, y Av. Río Nilo y Río Bravo.

 

Los cuerpos de socorro arribaron al lugar y colonias como Atlas, Álamo Industrial, El Rosario, Quinta Velarde, Fraccionamiento Revolución y el centro del municipio de Tlaquepaque, fueron evacuadas, al tiempo que dos explosiones más se registraban, en Río Pecos y Río Álamo, y en González Gallo y Río Suchiate. Después de las 12, los bomberos empezaron a destapar las alcantarillas para liberar los gases atrapados en ellas y los habitantes de colonias como Zona Industrial, 18 de marzo, Fresno, 8 de julio, Ferrocarril, La Nogalera, Morelos, Echeverría, Polanco, 5 de mayo y Miravalle, fueron puestos en alerta. Cuatro días después, el drenaje estaba libre de fluidos explosivos

 

Según cifras oficiales, las explosiones ocasionaron la muerte a 500 a 700 personas, dejaron casi 800 heridos y 15 mil personas sin hogar. Sin embargo, testimonios de diversos hablaban de una cifra mayor de perecidos y lesionados. El daño económico estimado fue de entre 7 y 10 millones de dólares y el área afectada se puede reconocer en la actualidad por la arquitectura más moderna en las áreas que fueron destruidas.

 

Los resultados de una investigación sobre el desastre arrojaron que las causas de la tragedia pudieron ser tubos de agua hechos de cobre revestido de zinc emplazados cerca de una tubería de Pemex. La humedad de la tierra hizo que los metales tuvieran una corrosión, creando un agujero que provocó que la gasolina se fugase al subsuelo y en la tubería municipal.

 

Funcionarios del Gobierno del Estado, del municipio y de Pemex se culparon unos a otros e incluso se dijo que una fábrica aceitera denominada La Central, registró una fuga hacia el drenaje, pero la versión fue descartada en un reporte generado por un noticiario de radio en la Ciudad de México.

 

Hubo detenciones de personas presuntamente implicadas en el desastre. Sin embargo, al final, no hubo culpables y como sucede en nuestro país nadie pisó la cárcel por estos hechos.

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