En un largo comunicado, Angela Buitrago Ruiz y Carlos Martín Beristain, exmiembros del Grupo de Expertos Independientes que realizó una extensa y detallada investigación sobre los hechos de la noche del 26 de septiembre y madrugada del 27 del 2014 en Ayotzinapa, salió al paso de las noticias, comentarios y opiniones sobre la investigación de la desaparición de los 43 normalistas, y el ataque que llevó además a 6 muertos y decenas de heridos de bala.
Precisan que el GIEI documento en 6 informes su trabajo y propuesto líneas de investigación que han hecho avanzar el caso sin permitir a pesar de las presiones que recibimos.
Aseguran que fue su investigación lo que mostró que la Verdad Histórica no era cierta, que el escenario del basurero y del río San Juan fueron creados para cerrar el caso, y que la investigación se basaba en torturas y buscaba desviar la responsabilidad de los hechos y ocultar lo sucedido.
Acusan que en el gobierno de EPN, el GIEI sufrió una campaña negra, acusándonos de ser extranjeros y antimilitares auspiciada por autoridades del Estado, al grado de tener que salir del país sin poder continuar la investigación y acompañamiento a los familiares.
Buitrago y Beristain señalam que el GIEI volvió al país invitado por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, como coadyuvante en la investigación, cuando se había creado una fiscalía especial UEILCA y la Comisión de la Verdad, COVAJ.
Trabajaron 2 años y medio impulsando
la investigación con dichas instituciones, avanzando y logrando acceso a nuevos testigos e informaciones de archivos que han ayudado a avanzar en el
esclarecimiento de los hechos.
Exponen que se insistió a las autoridades que se debía pedir a Estados Unidos las escuchas de Chicago sobre la actuación de Guerreros Unidos, y que ese trabajo para romper pactos de silencio con personas, testigos protegidos de la Fiscalía e instituciones, lo que llevó a encontrar restos de 2 normalistas a partir de las declaraciones de un testigo protegido de la fiscalía.
Los avances de la investigación y revelaciones que hizo el GIEI fueron antes compartidas con la UEILCA y la COVAJ, y dadas a xonocer previamente alpresidente, lo que fue muy importante para contar con su impulso.
El GIEI apunta que fue López Obrador quien dio la orden de abrir los archivos a los que tuvieron acceso la COVAJ y el GIEI, y que en varias ocasiones su mensaje fue de aliento e impulso en la investigación, detalles que ponen a disposición de autoridades y pueblo de México si se requieren.
El trabajo de derechos humanos y la investigación de hechos atroces de esta naturaleza es una enorme carrera de obstáculos, como se vio en la salida del fiscal del caso y la bajada de órdenes de captura concedidas por un juez.
Posteriormente, el trabajo del GIEI llevó a retomar las órdenes al menos parcialmente, así como a documentar los casos contra Tomás Zerón o Murillo Karam y otros cargos de la PGR. Agregam que entregaron a la nueva Fiscalía 6 documentos con cerca de 90 propuestas de investigación, diligencias y acciones muchas aún pendientes.
Afirman que susinformes no muestran opiniones, sino hechos probados y cuentan con todas las fuentes en las que se basaron, por lo que invitan a autoridades, medios y académicos a analizarlos y responder a los hallazgos no con opiniones o descalificaciones, sino con el rigor que requiere la verdad.
Más aún acusan que las respuestas dadas por SEDENA de que el CRFI de Iguala no existía, que dependía del CISEN y no realizaba interceptaciones telefónicas, cuando los documentos muestran parcialmente textos de las mismas, que desconocen quienes las realizaron, y otras respuestas que se nos dieron, no responden a la verdad.
Las pruebas están a disposición de las autoridades, que además las conocieron están en el informe Ayotzinapa VI.
Finalmente, Buitrago y Beristain agregan que cuando presentaron el primer informe que mostraba la falsedad de la Verdad Histórica en la Escuela de Ayotzinapa, los familiares les dijeron que les habían quitado de encima el peso de la mentira, y sostiene que regresaron al país por petición de autoridades y familias, bajo el mandato de la CIDH.
"Nuestro compromiso es con la verdad, que es lo que las madres y padres de Ayotzinapa requieren y demandan con su dignidad. Todo el país ha sido testigo de ello en estos años. Las víctimas de este caso tienen voz propia y las autoridades deben escucharlas. No es hora de confusión y ruido", concluyen los exmiembros del GIEI
