Pese a la enorme tensión existente entre israelíes y palestinos por el guerra en la Franja de Gaza, se estima que unos 80 mil fieles acudieron la mañana del viernes a rezar en la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén en el primer viernes de Ramadán, que se desarrolló sin incidentes importantes en la Ciudad Vieja
La cifra fue estimada por el Departamento de Dotaciones Islámicas de Jerusalén, el cual lamentó la ausencia de decenas de miles de fieles ante las restricciones impuestas por Israel para los palestinos de Cisjordania.
Los judíos se refieren a la Explanada de las Mezquitas como el Monte del Templo, el sitio más sagrado para el judaísmo, aunque ellos deben rezar desde el Muro de las Lamentaciones.
Para el islam es el tercer lugar más sagrado después de La Meca y Medina en Arabia Saudita, porque aglutina a las mezquitas de Al Aqsa y el Domo de la Roca, donde se cree que Mahoma subió al cielo.
El grupo islamista Hamás pidió a los fieles que se atrincheren dentro de la mezquita en las primeras oraciones del viernes, algo que ha ocurrido en años anteriores y que este año podría ser muy explosivo en el contexto de la guerra.
De acuerdo con la agencia de noticias EFE, los fieles en su mayoría palestinos, entraron sin restricciones al recinto como prometió el gobierno israelí, que garantizó libre entrada la primera semana del Ramadán “en números similares a los de otros años”.
El Gobierno judío encabezado todavía por Netanyahu advirtió que esta autorización se revisaría semana a semana en función de la situación de seguridad, pese a que se comprometió a no imponer restricciones a los árabes israelíes ni a palestinos residentes en Jerusalén.
Sin embargo, el organismo militar a cargo de los asuntos civiles en territorios ocupados palestinos, decidió que el acceso de residentes palestinos en Cisjordania se limitaría a hombres mayores de 55 años, mujeres mayores de 50 años y niños menores de 10 años.
Teopas israelíes reforzaron los puestos de control de acceso a Jerusalén desde Cisjordania, especialmente en Qalandia y Belén; donde a miles de fieles se les negó el acceso con el pretexto de no contar con permisos.
Israel suele conceder permisos especiales para ir a Jerusalén a palestinos de Cisjordania y Gaza durante el Ramadán, pero este año restringió considerablemente los otorgados a los primeros y negó completamente la entrada a los gazatíes
