El plan de Israel para extender su ofensiva militar en la Franja de Gaza a la zona de Rafah, en el extremo meridional donde viven más de un millón de desplazados, tiene el objetivo de "expulsar a los palestinos de sus tierras", advierte el presidente palestino, Mahmud Abbas.
Los ataques israelíes contra Rafah, donde viven hacinados 1,3 millones de palestinos, han aumentado en los últimos días.
El dirigente aseguró que "el pueblo palestino no abandonará su tierra y no aceptará ser desplazado de su patria".
Así reaccionó el líder de la Autoridad Nacional Palestina que gobierna zonas reducidas de Cisjordania ocupada, luego de las declaraciones del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, quien dijo que pidió al Ejército un plan para ampliar la ofensiva a Rafah y evacuar antes a los civiles.
Cosa de ver cómo evacuar a un millón de personas en una guerra. El riesgo de una tragedia enorne.
Abbas expresó su "enérgica condena" y sostuvo que "esto constituye una amenaza real y un peligroso preludio a la implementación de la rechazada política israelí que pretende desplazar al pueblo palestino de su tierra", responsabilizando en un comunicado plenamente de las consecuencias de esta "política destructiva" tanto a Israel como al gobierno de Joe Biden.
De igual forma, pidió actuar al Consejo de Seguridad de la ONU, ya que Israel, "al tomar estas decisiones, amenaza la seguridad y la paz en la región y todo el mundo. Cruza todas las líneas rojas”, dice el comunicado.
Añade que "llegó el momento de que todos asuman sus responsabilidades ante la creación de otra Nakba, que llevará a toda la región a una sucesión de guerras interminables”. Nakba es el término palestino usado para referirse al éxodo de cientos de miles de refugiados que debieron abandonar sus hogares o fueron obligados a ello durante la guerra de 1948, tras la creación del Estado de Israel.
