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  • Laura Meléndez

Pluris para curar heridas en el PRI nacional

Ruiz sólo atina a responder que no y admite que ni siquiera existe la intención de iniciar una investigación para hacerlos pagar económicamente por sus abusos. Por Enrique Muñoz.


Jorge Carlos Ramírez Marín, después de enterarse que no le darán la candidatura para la gubernatura a Yucatán decidió salirse del PRI para buscar dicho cargo por el Verde Ecologista y así calmar sus aspiraciones personales que desde hace mucho tiempo deseaba en su carrera política.


Es por eso que el PRI, para que no continúen los exilios, decidió ofrecer cargos por la vía plurinominal en el Congreso de la Unión, tal es el caso del alcalde de Cuajimalpa, Adrián Ruvalcaba, que tanto que quería ser el abanderado de la Alianza derechista, el PAN será quien elija a su candidato, por lo que el partido tricolor le ofreció nada más, ni nada menos que un escaño en el Senado de la República sin que haga el esfuerzo de hacer campaña, así directo por la vía de los palomeados plurinominales.


Vaya que Alito Moreno no quiere verse como en la fotografía que divulgaron en las redes sociales, echándose un coyotito en pleno vuelo, camarón que se duerme, se le van los chapulines a otro lado.


Quien lo hubiera dicho. En una de sus más recientes conferencias mañaneras el presidente López Obrador salió en defensa de Omar García Harfuch frente a quienes cuestionan su participación en el delicado tema de Ayotzinapa, diciendo que el ex secretario de seguridad capitalina pudo haber estado presente en reuniones sobre el tema, pero sin tener que ver en decisiones que lo impliquen en la desaparición de los normalistas.


La razón es muy clara, García Harfuch nunca ha sido santo de la devoción del presidente por su cercanía con Genaro García Luna y sobre todo con Luis Cárdenas Palomino hace una década, pero luego de la pérdida de la mitad de las alcaldías de la Ciudad de México en las elecciones del pasado 2021, el inquilino de Palacio Nacional sabe qué hay que retener a como dé lugar la capital del país el próximo año y Clara Brugada no garantiza un triunfo holgado frente a Santiago Taboada, Kenia López Rabadán o Sandra Cuevas, por citar algunos posibles candidatos en solitario o como abanderados de un eventual bloque opositor.


La ex alcaldesa de Iztapalapa es la candidata de los puros de Morena y la apoyan abiertamente personajes como Martí Batres o Alejandro Encinas, pero el favorito de Claudia Sheinbaum, es el ex secretario de Seguridad Ciudadana. AMLO defendiendo a García Harfuch, el juego se llama pragmatismo político.



Completamente rebasado, titubeante, Ricardo Ruiz, Secretario de Gobierno de la Ciudad de México, sólo atina a responder que “en la capital se respeta el derecho a la libertad de expresión y la libre manifestación”, cuando se le cuestiona acerca de las agresiones de un grupo de encapuchados que durante la marcha por los 9 años de la masacre de Ayotzinapa agredieron a trabajadores y comensales de un restaurante y vandalizaron la fachada de un hotel en Paseo de la Reforma.


Ruiz, a quien el cargo le cayó de rebote tras la salida de Claudia Sheinbaum de la jefatura de gobierno y la ascensión de Martí Batres a esa delicada responsabilidad, sólo atina a repetir que los agresores del llamado “Bloque Negro” están en su derecho de manifestarse y que el gobierno de la ciudad es respetuoso de la libertad de expresión.


Para variar, las políticas progres y buena ondita siguen siendo la divisa en una de las ciudades más importantes del mundo, en donde la inversión, la generación de empleos, la seguridad económica y física de sus habitantes y turistas que tuvieron que salir huyendo de la agresión en el Sonora Grill para poner a salvo su integridad física, quedan a merced de grupos de abusivos y cobardes que desde el anonimato, armados con martillos, picos y tubos metálicos agreden con toda impunidad y sin consecuencias legales.


Al ser cuestionado si entre los resentidos sociales disfrazados de manifestantes hay detenidos que respondan por los daños ocasionados a la propiedad privada y la infraestructura de la capital, Ruiz sólo atina a responder que no y admite que ni siquiera existe la intención de iniciar una investigación para hacerlos pagar económicamente por sus abusos.


Cuando el presidente Andrés Manuel López Obrador dice con orgullo que si él hubiese estado en el cargo en 2014 cuando ocurrió la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa seguramente esos lamentables hechos no hubieran ocurrido, no podemos menos que preguntarnos cómo es entonces que la gestión del tabasqueño arroja cifras tan poco afortunadas con él como responsable del gobierno federal y no estamos hablando de propaganda de los conservadores en su contra, sino de mexicanos muertos o desaparecidos.


Organizaciones no gubernamentales como Causa en Común documentan tan sólo durante el primer semestre de este año 3 mil 285 crímenes de extrema violencia, un promedio de 18 atrocidades diarias, 226 masacres a lo largo de todo el país, destacando en los primeros lugares estados como Baja California, Guanajuato, Michoacán, Morelos, Veracruz, Estado de México, Guerrero y Zacatecas.


En más cifras de hechos ocurridos durante la administración del presidente López Obrador, están las escalofriantes cifras de 110 mil personas desaparecidas y 166 mil homicidios dolosos, rebasando con mucho las registradas durante los sexenios de Vicente Fox, Felipe Calderón o Enrique Peña Nieto.


Para no ir meses más lejos, cuando el primer mandatario dice ufano que la tragedia de Ayotzinapa no hubiera pasado con él como presidente, no falta quien mira a Nuevo León y a Zacatecas, donde no hace ni una semana, en un lapso de 24 horas dejaron regados los cuerpos de doce personas y fueron levantados y muertos 6 de 7 jóvenes inocentes, respectivamente.

@enriquemunozfm

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