Luego de que Hamás pusiera en evidencia la fragilidad de la seguridad del estado de Israel, algo de lo que no pocos israelíes culpan al primer ministro Benjamín Netanyahu, este pidió formar un gobierno de unidad nacional.
Por su parte, el ministro de Defensa judío Yoav Galiant, calificó a los miembros de Hamás de "animales", y ordenó cortarle a Gaza el agua, la luz y los alimentos, declaración que le valió duras críticas.
Ya se han visto medidas similares a esta en guerras a lo largo de la historia. En la franja de Gaza viven más de 2 millones de habitantes.
Mientras tanto, las víctimas mortales en Israel son cerca de mil y en Gaza son 680. Las cifras seguirán aumentando.
Envuelto en el escrutinio público, no solo por tener pendientes juicios por corrupción y por intentar debilitar al poder judicial del país, Netanyahu fue puesto en evidencia por el grupo islámico que gobierna Gaza y ahora llamó a los líderes de la oposición "que formen inmediatamente un gobierno de emergencia de unidad nacional sin condiciones previas".
En un discurso televisado, expresó que "estamos en una guerra por nuestro hogar, una guerra para asegurar nuestra existencia, una guerra en la que ganaremos".
Israel está enfrentando a un enemigo infinitamente inferior en armamento y capacidad de fuego.
El premier dijo que "las atrocidades que Hamás cometió no las hemos visto desde el Estado Islámico. Niños asesinados, ejecutados con sus familias, jóvenes, niños y niñas, ejecutados disparándoles por la espalda. Siempre supimos de qué se trataba Hamás, ahora todo el mundo lo sabe, y lo eliminaremos exactamente de la misma forma que el mundo ilustrado eliminó al Estado Islámico".
Sin embargo, para muchos analistas, Netanyahu encabeza un gobierno de derecha radical cuya brutalidad en los operativos realizados en Cisjordania, y lo que sucede ahora en Gaza, es producto de más de medio siglo de intransigencia política en la que Israel ha hecho en los territorios palestinos lo que ha querido sin recibir o acatar una sola sanción internacional.
El mandatario israelí adelantó además que la ofensiva contra el grupo islamista "tomará tiempo" y sentenció que "al final de la campaña todos nuestros enemigos sabrán que fue un terrible error atacar a Israel. Lo que se hará a nuestros enemigos en los próximos días resonará en ellos durante generaciones".
