Un portavoz de la Oficina de Coordinación de Ayuda Humanitaria de la ONU alertó que una ofensiva militar de Israel en Rafah, sitio ubicado en el extremo sur de la Franja de Gaza donde permanecen más de un millón de civiles palestinos han buscado refugio, sería un crimen de guerra.
El vocero Jens Laerke aseguró que “para ser claros, la intensificación de las hostilidades en Rafah, en estas circunstancias, podría provocar la pérdida a gran escala de vidas de civiles”, y reiteró que podría constituir crinen de guerra de acuerdo con “el derecho internacional humanitario que califica así el bombardeo indiscriminado de zonas densamente pobladas”.
Ese temor está cada vez más latente luego de que el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, sugiriera el lunes por tercera vez en una semana que Israel ampliará su ofensiva a Rafah, cuando consolide su control sobre Jan Yunis.
El ejército judío y el estado israelí podrían no estar cumpliendo con lo ordenado por la Corte Internacional de Justicia de la Haya, y fuentes palestinas reportan que los ataques sobre Jan Yunis alcanzaron el patio del hospital Naser, asediado desde hace más de 2 semanas.
En las últimas horas, autoridades de gaza dieron cuenta de al menos 100 víctimas más de los ataques del ejército de Israel.
El ministro de Defensa hebreo afirmó anoche que Israel ha “matado o herido gravemente” a más de la mitad de los agentes de Hamás en casi casi 4 meses de guerra, en tanto que el primer ministro, Benjamín Netanyahu, aseguró que habían destruido 18 de los 24 batallones del grupo islamista.
Fuentes militares afirmaron que más de 10 mil milicianos de la Franja de Gaza habían muerto durante la ofensiva israelí, menos de una tercera parte de los casi 40 mil efectivos que se estima tiene la organización, además de unos 20 mil de la Yihad Islámica.
