El grupo de Resistencia Islámica de Irak dijo hoy que lanzó un ataque con dron contra una base aérea que alberga militares estadounidenses en Al Harir, en el norte el país asiático, horas después de que este movimiento chií anunciara haber atacado 3bases estadounidenses en Irak y Siria la madrugada del sábado.
El grupo asegura haber empleado un dron y misiles contra las bases estadounidenses de Al Tanf y Green Village en Siria.
Se trata de un nuevo foco de conflicto en la zona, y el alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, declaró que "Oriente Medio es una caldera que puede explotar" y es preciso que "todo el mundo" intente "evitar que la situación en la región se convierta en explosiva".
El político español expresó a su llegada para la reunión informal en Bruselas de los ministros de Exteriores del bloque comunitario, que "en la región estamos asistiendo a una serie de ataques transfronterizos. En el Líbano en particular, en Irak, en Siria, con bombardeos en territorios de países donde hay 'proxies' de otras fuerzas, que naturalmente no hacen sino aumentar la tensión y que pueden provocar una situación muy grave".
El Ministerio de Asuntos Exteriores de Irak convocó al encargado de negocios de Estados Unidos para expresarle su rechazo por los ataques aéreos lanzados el viernes por Washington, afirma la Agencia de Noticias Iraquí (INA).
La nota indica que "en protesta contra la agresión estadounidense dirigida contra instalaciones militares y civiles iraquíes, la Cancillería convocará al encargado de negocios de le Embajada de Estados Unidos en Bagdad, David Berker, debido a la ausencia del embajador estadounidense".
La cancillería apunta que se entregará al funcionario diplomático una nota oficial de protesta en relación con el ataque estadounidense que tuvo como objetivo emplazamientos militares y civiles en las regiones de Akashat y Al-Qaim.
Basem Al-Awadi, portavoz del Gobierno del país árabe, negó que se hubiera producido coordinación previa alguna con Washington en relación a los ataques, que dejaron 16 muertos y 25 heridos, advirtiendo que llevarán "al borde del abismo" la situación de la seguridad en Irak y en la región
