Para el director ejecutivo de OpenAI, el riesgo asociado a la inteligencia artificial que le preocupa es que los "descuadres sociales muy sutiles" puedan hacer que los sistemas se tornen destructivos.
Sam Altman participó en la Cumbre Mundial de Gobiernos en Dubái, Emiratos Árabes Unidos, y reiteró su llamado a que se forme un organismo como la Organización Internacional de Energía Atómica, para supervisar la inteligencia artificial, cuyo desarrollo avanza más rápido de lo esperado.
Sostuvo que "hay algunas cosas allí que son fáciles de imaginar, en las que las cosas realmente salen mal. Y no me interesa tanto la idea de los 'robots asesinos caminando por la calle', como dirección de las cosas que salen mal. Me interesan mucho más los descuadres sociales muy sutiles, en los que teniendo estos sistemas en la sociedad y ninguna intención maligna en particular, las cosas salen terriblemente mal".
Sin embargo, recalcó que la industria de la inteligencia artificial, como la empresa OpenAI, creadora de ChatGPT, no debería llevar la voz cantante a la hora de trazar la regulación del sector.
Altman afirmó que "todavía estamos en la fase de mucho diálogo. Todo el mundo está celebrando una conferencia. Todos tienen una idea, un documento de orientación, y eso está bien".
Concluyo que "aún estamos en un momento en el que hace falta un debate sano, pero en algún momento en los próximos años, creo que tendremos que avanzar hacia un plan de acción con una verdadera aceptación en todo el mundo".
Los peligros, ahí están.
