Así se justificaron por el asesinato de la reportera Shireen Abu Akleh en mayo del año pasado, y así lo harán siempre porque nadie los lleva al banquillo de los acusados.
El Ejército israelí respondió a las acusaciones de haber matado en octubre pasado al periodista de Reuters Issam Abdallah, y de herir a otros 6 informadores en el sur del Líbano, y dijo que el incidente tuvo lugar en una "zona de combate activo".
Las fuerzas militares judías dispararon 2 proyectiles con 37 segundos de diferencia a solo unos metros de distancia desde Israel, pese a que los periodistas iban "claramente identificados" como prensa, pero aun así, desechan las investigaciones de las agencias noticiosas Reuters y de AFP en las que se asegura que un tanque israelí mató a Issam Abdallah e hirió los otros reporteros, 2 de Reuters, 2 de Al Jazeera y 2 de AFP.
El comunicado del ejército hebreo citado por Reuters, retoma el momento en que los reporteros trabajaban en el lugar en donde fuerzas israelíes abrieron fuego contra combatientes libaneses de Hezbolá que podían entrar a través de la frontera.
Israel “aclara” que una valla fronteriza fue alcanzada por un misil antitanque, de tal modo "surgieron preocupaciones sobre la posible infiltración de terroristas en el territorio israelí", y como respuesta, tropas israelíes lanzaron "fuego de artillería y tanques para impedir la infiltración”.
"El área es una zona de combate activo, donde hay fuego activo y estar en esta área es peligroso. El incidente está actualmente bajo revisión", afirmó el ejército israelí.
Grupos de derechos humanos Amnistía Internacional y Human Rights Watch, así como las agencias Reuters y AFP, que llevaron a cabo investigaciones separadas, y califican igualmente los ataques israelíes de "deliberados contra civiles" e instan a investigarlos como "crimen de guerra".
El secretario de Estado de Estados Unidos Antony Blinken, instó a abrir una investigación sobre el caso, y dijo que “será importante ver que la investigación llegue a una conclusión y ver los resultados de la investigación".
Los mismos asesinos y la misma declaración de estados Unidos tras el asesinato en mayo del 2022 de la reportera Shireen Abu Akleh, crimen que sigue sin castigo.
