Luego del presunto descubrimiento de un túnel del movimiento palestino Hamás debajo de su sede central en Gaza, el
comisionado general de la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA), Philippe Lazzarini, ha dicho que no tiene intención de renunciar a su cargo aunque lo exija Israel.
Cuestionado sobre si planeaba retirarse, Lazzarini fue categórico al afirmar que "no voy a dimitir. Tenemos un Gobierno que pide mi dimisión, y quizás otras voces en otros lugares sigan su ejemplo; no me lo esperaba. Creo que en este punto podemos seguir haciendo cambios en el campo y mientras podamos realizarlos, permaneceré en mi puesto"".
Previamente, el canciller israelí, dijo que la dimisión de Lazzarini era "obligatoria" tras el supuesto descubrimiento por Fuerzas de Defensa de Israel de un túnel de inteligencia militar de Hamás bajo la sede central de la UNRWA en Gaza.
Lazzarini puntualizó en ese momento que la organización no puede confirmar las informaciones sobre un túnel de Hamás bajo su sede, debido a que el personal de la agencia de Naciones Unidas abandonó el lugar el 12 de octubre del año pasado tras las órdenes de evacuación israelíes y cuando se intensificaron los bombardeos en la zona.
El pasado 26 de enero, las autoridades israelíes entregaron información a la UNRWA sobre la presunta participación de algunos de sus empleados en los ataques del grupo Hamás a Israel de 7 de octubre de 2023.
Lazzarini anunció que el personal de la agencia sospechoso de estar implicado en el ataque de Hamás contra Israel fue despedido y será juzgado, si se demuestra su culpabilidad, pero Estados Unidos, la Unión Europea, Reino Unido y otros países occidentales suspendieron la entrega de recursos a la UNRWA.
Cuatro días más tarde, unas 20 organizaciones humanitarias llamaron a mantener el financiamiento de la agencia de Naciones Unidas para "ayudar a los palestinos a sobrevivir una de las peores catástrofes humanitarias de nuestros tiempos".
Israel declaró oficialmente que insistirá en el cese de la labor de la UNRWA.
