El expresidente norteamerlcano Donald Trump ha sido señalado desde tiempos de campaña en 2016 como una persona racista y hasta supremacista, entre otras cosas por sus opiniones en contra de los inmigrantes a pesar de vivir en un país construido en buena parte por los foráneos.
El magnate republicano tuvo que justificarse durante una entrevista con el locutor de radio Hugh Hewitt, por sus recientes comentarios en donde aseguró que los inmigrantes están "envenenando la sangre" de Estados Unidos.
Cuestionado sobre si había usado la expresión "envenenar la sangre" en el mismo sentido que el líder del Tercer Reich, Adolf Hitler, lo hiciera hace cerca de 9 décadas cuando dijo que la sangre judía no puede ser parte de la alemana, Trump respondió: "No, y, por cierto, nunca supe que Hitler lo dijo".
"Bunca leí 'Mein Kampf'", explicó el expresidente y negó "cualquier sentimiento racista" en sus discursos.
"En primer lugar, no sé nada sobre Hitler. Nunca leí sus obras", aseguró Trump, y señaló que "dicen que dijo algo sobre la sangre. Tampoco lo dijo como yo lo dije, por cierto, es un tipo de declaración muy diferente".
Trump repitió varias veces en la entrevista las mismas palabras para expresar su idea de que los inmigrantes están arruinando Estados Unidos, "están envenenando la sangre de nuestro país, no estoy hablando de un grupo epecífico, aclaró.
Sostiene que "están fluyendo, están destruyendo nuestro país. Vienen de todos los continentes, y no tenemos idea, no tenemos idea de quiénes son, qué representan. ¿Vienen de cárceles? ¿Vienen de prisiones?
Finalmente, y sin prueba alguna más que su usual verborrea y tendencia a mentir que muchos aceptan, aseguró que "les diré que un gran porcentaje de las personas que llegan provienen de prisiones y de instituciones mentales y son terroristas. Y no podemos permitir que eso... y eso está envenenando a nuestro país".
