Migrantes temen ser deportados y dejan de ir al médico en Estados Unidos

Un reportaje del medio estadounidense The New York Times, refiere que personas que viven en Estados Unidos sin regularizar su situación migratoria, enfrentan ahora problemas para procurarse atención médica, como resultado de las políticas del presidente convicto Donald Trump.

Según el diario, van en aumento las citas canceladas de los pacientes migrantes por temor a ser deportados a lo largo del territorio estadounidense.

El periódico apunta citando a funcionarios de atención médica, que "si la tendencia continúa, la lista de consecuencias podría ser larga: enfermedades infecciosas que circulan innecesariamente; el empeoramiento de los costos de atención médica debido a enfermedades crónicas no tratadas; y complicaciones peligrosas en el parto para las mujeres que esperan demasiado tiempo para buscar ayuda, entre otras".

El temor aumentó luego de que el mandatario eliminó la política aprobada por su antecesor, Joe Biden, donde protegía a esa población en hospitales, clínicas e iglesias frente a una posible deportación.

Julie Linton, pediatra y miembro del comité de asuntos del gobierno federal de la Academia Americana de Pediatría, sostuvo que "estamos creando no solo riesgos de salud muy graves, sino riesgos económicos a largo plazo para nuestro país".

"Estas políticas están creando un miedo e incertidumbre muy reales para las personas y tienen un tremendo impacto en su capacidad para funcionar en el día a día", comentó al medio.

Según el diario, muchas personas migrantes registran elevadas tasas de enfermedades crónicas como presión arterial alta y diabetes que, de no tratarse, pueden provocar ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares y otras complicaciones graves.

El miedo se extiende a otros ámbitos de la vida cotidiana de los migrantes indocumentados que viven en Estados Unidos, como se vio al 5 de mayo, cuando la comunidad mexicana en Estados Unidos celebra la victoria sobre el Ejército francés en batalla de Puebla, pues organizaciones latinas cancelaron varios eventos masivos ante las agresivas acciones del gobierno contra la comunidad migrante.

Muchos latinos temen ser arrestados si se reúnen públicamente en grandes multitudes. También informaron que algunos tienen miedo de asistir a la iglesia, ir a trabajar o incluso llevar a sus hijos a la escuela.