La razón por la que los humanos no aguantarían un viaje a Marte

Por lo que publlca la revista Nature Communications, los seres humanos tenemos pocas posibilidades de viajar a Marte.

La explicación: los vuelos espaciales alteran la estructura y función de los riñones, que sufren daños permanentes por la radiación cósmica.

Este hallazgo supone que cualquier misión a ese planeta sería un peligro con consecuencias irreversibles para la salud de los astronautas.

Se analizaron datos de más de 40 misiones espaciales a la órbita baja con humanos y ratones, la mayoría de ellas a la Estación Espacial Internacional, y 11 simulaciones de vuelos espaciales con ratones, en 7 de las cuales las dosis de radiación cósmica eran equivalentes a las de misiones a Marte de 1,5 a 2,5 años.

Los científicos detectaron cambios alarmantes tanto en los riñones humanos como en los de animales.

Los túbulos renales responsables de ajustar el equilibrio de calcio y sal mostraron signos de encogimiento traa menos de un mes de exposición a las condiciones espaciales, lo que los investigadores atribuyen a los efectos de la microgravedad.

Los riñones de los ratones expuestos a radiación cósmica durante 2,5 años sufrieron daños permanentes y pérdida de función, algo que deberían tener en cuenta los astronautas que se plantean la posibilidad de emprender un viaje a Marte de tres años.

Uno de los autores del estudio, Keith Siew, del University College de Londres, indicó que "si no desarrollamos nuevas formas de proteger los riñones, diría que aunque un astronauta podría llegar a Marte, podría necesitar diálisis en el camino de regreso".

Añadió que "sabemos que los riñones son tardíos en mostrar signos de daño por radiación; cuando esto se hace evidente, probablemente sea demasiado tarde para prevenir la falla, lo cual sería catastrófico para las posibilidades de éxito de la misión".

Aunque los problemas como la pérdida de masa ósea, el debilitamiento del corazón y la vista, y el desarrollo de cálculos renales se conocen desde el primer alunizaje en 1969, nadie había estudiado los cambios que se producen en los riñones y otros órganos por estar en el espacio por períodos prolongados.